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TUMBA DE SERVILIA:
Indicios de un
enterramiento con ritual egipcio
en la necrópolis romana de
Carmona

El
recipiente con agua sobre una mesa:
El agua fue
en Egipto un símbolo de vida, de limpieza y purificación. Todas sus grandes
festividades religiosas estaban relacionadas con el Nilo, es decir, con el agua
divinizada. El efecto que su frescura produce al entrar en contacto con la piel
se asociaba con la reanimación de los cadáveres, debido a lo cual llegó a
simbolizar al propio dios Osiris. Todavía hoy, la iglesia copta rememora las
purificaciones faraónicas poniendo un gran recipiente de barro sobre una mesa,
para llenarlo con agua que será bendecida después,
dejándola así apta para su utilización ritual. |
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La palma:
En Egipto
la hoja de palmera pelada representaba al dios Heh, personificación de la
eternidad. Sólo esta simbología justificaría su presencia en el ritual
funerario, pero la morfología de la representación jeroglífica y pictórica de la
palma completa es tan parecida a la pluma que representa a la diosa Maat y a la
flor de la caña, que se necesite cierta experiencia para diferenciarlas.
Cualquiera de estos dos conceptos, Justicia y Eternidad, encajan perfectamente
en la escena pintada en la Tumba de Servilia; incluso, la flor de la caña tuvo
su lugar en la simbología egipcia de la resurrección, ya que en algunas mastabas
del Imperio Antiguo se pintó al resucitado sentado frente a un velador
conteniendo flores enhiestas de caña como única ofrenda funeraria.
Puede que
el origen de la asociación de la palma con Anubis esté en la grafía egipcia de
su nombre. En la escritura jeroglífica comienza con el sonido de la primera
vocal, representada por una flor de caña que, como acabamos de ver, puede
confundirse fácilmente con una palma o una pluma de avestruz.
Durante el
Imperio Nuevo, en una columna de la tumba nº 40 del Valle de las Reinas (Luxor),
se representó un Anubis caminante, con una hermosa palma en su mano derecha
(Lámina XIII). |

XIII. El dios Anubis, con una
palma en la mano, de un pilar de la tumba anónima nº 40 del Valle de las Reinas,
en Luxor (Egipto). |
A lo largo
de los siglos la palma no ha perdido ni un ápice de su significando venturoso,
pasando por la liturgia isíaca del siglo I d.C. En este comienzo de era, Isis,
la “Maga de los diez mil nombres”, era una divinidad monopolizadora de las
funciones de casi todos los dioses del panteón egipcio y su culto se había
extendido por todo el ámbito grecorromano.

XIVc
Sacerdote representando a Anubis |
El dios Anubis se escapó de este
sincretismo, pero quedó asociado a la diosa, muy especialmente en el ritual
funerario (Láminas XIVa, XIVb y XIVc).
En su
aspecto protector de los muertos Anubis fue adorado por los egipcios como “Señor
de las Necrópolis” y como inventor del embalsamamiento fue llamado “El que está
en el vendaje”.
De su culto
en época romana quedan testimonios muy elocuentes en dispares puntos del
Imperio romano. |
Por ejemplo, en la “Tumba de la Gladiadora”, datada en el siglo I d.C. y
hallada en la necrópolis romana cercana al Anfiteatro de Londres, se encontraron
restos de tres lucernas con la efigie de Anubis.
Procedentes respectivamente de
Itálica y de Acci, en el palacio sevillano conocido por Casa de Pilatos y en el
Museo Arqueológico de la misma ciudad se conservan sendos pedestales en los que
están esculpidas imágenes cinocéfalas de Anubis.
En un salto geográfico, pero
sin apartarnos del siglo primero, la necrópolis alejandrina Tigrane-Pachá nos
ofrece tres ejemplos pictóricos de la importancia mágica que se le dio a la
palma en el momento sublime del renacimiento eterno
(Láminas XVa, XVb y XVc).
Alternando
la interpretación de las imágenes con la consulta a un texto de Apuleyo
se ratifica lo expuesto, ya que en las procesiones isiacas del siglo I desfilaba
un sacerdote que, personificando a Anubis y tocado con una máscara de perro
negro, agitaba entre sus manos una palma verde.
Por lo
expuesto, no es aventurado suponer que estas dos manos portadoras de una palma
que se ven en las pinturas del corredor de la tumba de Servilia sean lo que
quede de una figura del dios Anubis. |

XVa
Tumba de Tigrane-Pachá. Camara 1 |

XVb
Tumba de Tigrane-Pachá. Camara 2 |

XVc
Tumba de Tigrane-Pachá. Camara c |
El espíritu que está siendo
juzgado:
Como personaje principal del drama representado, una joven
señora aparece en postura de gran dignidad, no exenta de expectación ante el
inminente resultado del Juicio al que se somete. Peinada según la moda romana
del siglo I d.C., sobre su negro pelo destacan lo que parecen unas cintas
blancas, anudadas sobre la nuca para sujetar la redecilla que le rodea el moño
bajo. Su torso se envuelve en un manto de color azul turquesa oscuro, de aspecto
grueso, recordando a quien se dispone a emprender un viaje, que en este caso
sería el definitivo.
Al ser sólo
visible hasta la cintura no puede asegurarse cual era su postura al ser
retratada, ya que hasta el suelo hay espacio suficiente para acogerla
representada de pie. Sin embargo, dada la altura a la que aparecen las manos con
la palma cabe pensar que Servilia estuviera entre sentada o arrodillada. De
cualquier modo, el aparecer de perfil también encaja perfectamente con el patrón
egipcio.
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