EL SANTUARIO DE APOLO EN DELFOS: SU EVOLUCIÓN

 

 

Desde fines del siglo VII a.C., Delfos ya se había consagrado como santuario panhelénico y oráculo del dios, al que acudían ciudades y particulares para consultar sus decisiones y depositar ricas ofrendas que se iban acumulando en forma de tesoros y monumentos que recordaban grandes victorias o éxitos de las polis griegas. La importancia de Delfos se incrementó, incluso, cuando en el año 590 a.C. se establecieron aquí los denominados Juegos Píticos. En esos tiempos, siglo VI a.C., Delfos alcanzará su máximo esplendor político, al ser protegido el santuario por la Anfictionía, coalición de estados de la Grecia Central y de Tesalia. Cuando en el año 548 a.C. un incendio destruyó el santuario Grecia entera no escatimó esfuerzos para procurar su pronta restauración.

 

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ARQUITECTURA

 

 

GRECIA CLÁSICA

 

  

Localización del Santuario de Delfos, Grecia

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Cronología del Santuario de Apolo en Delfos

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Plano del Santuario de

Apolo, en Delfos.

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En época romana pasará este lugar sagrado por triste momentos, cuando Nerón ordene, según las noticias que nos ha transmitido Pausanias, el saqueo de más de 500 estatuas del santuario, o cuando Constantino haga trasladar muchas de las riquezas de Delfos a la nueva ciudad de Constantinopla, a cuyo ornato contribuirán de manera decisiva. Antes de esta drástica decisión el emperador Juliano, conocido como el Apóstata, intentando revitalizar a mediados del siglo IV d.C. los viejos cultos paganos, envió a un embajador, Oribasio, para que realizara esa tarea en el sagrado santuario de Apolo. Sin embargo, si hemos de creer las noticias de Jorge Cedreno, cronista bizantino, la respuesta del oráculo no transmitía ya sino una inmensa desesperanza:

"…Decid al rey que la preciada aula se ha hundido -habría sido su contestación-; Febo Apolo ya no tiene su casa, ni su laurel profético, ni su fuente habla ya; hasta el murmullo del agua ha cesado…”

La elección del santuario dependió de dos características únicas, que configuran un especio y un lugar que se corresponden con lo que actualmente denominamos topografía sagrada: primero la fuente  que brota de la garganta  formada por las dos Fedriades, donde mas tarde se construyo la fuente Castalia, y en segundo lugar una grieta en la roca de donde emanaban una serie e vapores sulfúricos, en una proporción justa que impedía la muerte, pero embriagaba, tanto apersonas como animales. El templo principal del santuario se edificó orientado sobre esa grieta.

La leyenda que vincula la creación del santuario a la muerte de la serpiente se pierde en tiempo micénicos, el mito, se demostró con la aparición de vestigios de la edad de Bronce, un asentamiento fechado entre los s. XIV y XII a.C... El culto micénico asociado a una divinidad femenina dejara paso al dios Apolo, que alcanzará su máximo esplendor en el s, VI a.C.

Fuente Castalia

Las estructuras: templos, tesoros y otros edificios.

Describir esta amalgama de edificaciones es complicado  a causa de su gran número, no olvidemos que se trata de un complejo vivo desde, al menos, el s, VIII a.C. hasta el siglo III de nuestra era.

Vía Sacra, Delfos

Para establecer una descripción coherente me he inclinado por entrar por la Vía Sacra, verdadero eje del complejo y comenzar a describir los edificios, aunque no se describan en sucesión cronológica. Una observación, Delfos fue un espacio completamente cubierto por ofrendas, con lo cual, en un momento dado, las numerosas estructuras, estatuas, columnas y edificios llenaban todo el espacio disponible y cada nuevo mecenas o donante colocó su ofrenda donde pudo, a veces, sin orden ni concierto.

  • El primero de los elementos que podía ver un peregrino era el denominado Toro de Corfú, una gran estatua de bronce, de la cual permanece el pedestal, realizada por Teoropo de Egina.

  • En la acera izquierda de la Vía  se encuentran los restos de un exvoto ofrecido por Atenas en recuerdo de los fallecidos en Maratón, entre las estatuas estaba Milcíades, en este momento se deduce que ya estaba rehabilitado, por lo cual esta escultura debió donarse en trono al 460 a.C., y no en el 490, fecha de la batalla.  El grupo escultórico fue atribuido a Fidias, realizado en bronce, compuesto por dieciséis figuras: Atenea, Apolo, Milcíades, los siete héroes que darían nombre a las tribus de Atenas ( Erecteo, Cecrope, Pandión, Leo, Antíoco, Egeo y Atamante), los tres héroes aticos (Codro, Teseo y Neleo). En la etapa helenística se añadieron los epónimos de las siete tribus áticas. Al ser de bronce no quedan vestigios de las estatuas aunque se han identificado algunas con las copias romanas posteriores, de esta forma el Apolo, se identifica con el Apolo del Tiber, y Teseo con la copia de la Villa de Adriano. También se apuntan en relación con este monumento los famosos bronces de Riace, identificados con los reyes Erecteo, Cecrope o Codro, en su contra esta que no se adaptan al estilo de  Fidias.

Junto a el monumento de Maratón se edificaron las  tres importantes ofrendas que procedían de Argos:

  • Un grupo de estatuas que representaban los míticos Siete guerreros que se enfrentaron a Tebas, los siete caudillos, entre ellos Anfiarao, en su carro, que lucharon para expulsar a Eteocles, hijo de Edipo. Este grupo se atribuyo a los escultores Ipatodoro y Aristogitón.

  • Al lado del grupo de los Siete, se ofreció un caballo de  bronce, identificado con el caballo de Troya, obra de Antífanes.

  • El último de los donativos fue una gran exedra, que reunía a los siete epígonos, sucesores de los siete míticos caudillos. Tanto  el grupo de los Siete como el de la exedra se  financiaron con los botines de la batalla de Oinoe, donde Argos vence a Esparta, por los cual se pueden fechar ambos grupos en torno al 460 a.C.

Desde la entrada al santuario pero enfrente del Toro de Corfú se encuentran los restos de una gran exedra rectangular que conserva ocho columnas jónicas, aunque la identificación no es segura, los arqueólogos la identifican con la ofrenda de los espartanos  después de la batalla de Egospotamos, sobre Atenas. De nuevo tenemos que recurrir a las descripciones de Pausanias, que afirma que estaba formada por treinta y siete esculturas de bronce. Junto a los almirantes y generales espartanos se esculpieron representaciones de Zeús, Apolo, Artemisa, los Dioscuros, todos ellos rodeando un motivo central, el grupo de Lisandro, el almirante en jefe de la armada espartana. Junto a este monumento estaba el que se elaboró en memoria de los héroes arcadios, de nuevo la fuente inagotable que es Pausanias menciona a los autores, entre ellos Antífanes. Este monumento recuerda la expedición de Epamimondas contra Esparta, después de la batalla de Leuctra, que fecharía en grupo no antes del 371 a.C.

Justo enfrente del hemiciclo de los epígonos se encuentra otro ofrendado por Argos después de la fundación de Mesenia, en este monumento se encontraban las estatuas de veinte reyes y reinas legendarias de Argos, desde Danao, hasta Alcmena, la madre de Heracles. Obras realizadas en bronces por el escultor Antífanes, uno de los famosos más artistas de los s. V y IV a.C. Tras estos monumentos siguen una serie de ofrendas menores, para llegar a la basa de los Tarantinos en recuerdo de su victoria sobre los mesapos, habitantes de la actual Salento. Este monumento se realizó a principios del s. V a.C... Representaba a las mujeres tomadas como esclavas e incluía un grupo de caballos, grupo, también realizado en bronce, posible obra de Agelada, otro broncista del s. V a.C.

 

 

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