El Parthenon: Decoración escultórica

 

La distribución de las esculturas está repartida en la fachada, metopas y frontones, y en el interior, aparte de la colosal estatua criselefantina de la diosa Palas Atenea Parthenos, debajo del friso sin triglifos, corre un bajorrelieve continuo que representa la "Procesión de las Panateneas".

El conjunto de esta decoración nos ha llegado muy mutilada como consecuencia de los avatares que este templo ha corrido en su historia. De los grupos escultóricos que decoraban los frontones, quedan tan sólo una cuantas estatuas, cuya disposición es conocida gracias los apuntes que en directo tomó el pintor francés Carrev que acompañaba, en 1674, a un embajador de Luis XIV en Constantinopla.

En el frontón de la fachada occidental se representaba la contienda entre Atenea y Poseidón por el Ática, ambos hieren con sus armas el suelo de la Acrópolis, pero ofrecen a los atenienses sus dones más preciados: la diosa hace brotar el olivo de la roca y Poseidon ofrece el caballo.

Frontón oeste

El enfrentamiento se desarrolló en  la Acrópolis en presencia de los primeros habitantes, Cécrops y Erecteo, representados en el frontón. En las esculturas del frontón oriental, dice Pausanias, que se representa el nacimiento de milagroso de Atenea de la frente de Zeus abierta por un hachazo de Hefestos, de cuya herida nace la diosa que es coronada como "Nike" en presencia de los dioses y otras figuras, como las Horas y las Parcas, deidades que presiden el nacimiento y la muerte.

También se encontraban cabezas de caballos que ocupaban los ángulos más agudos del frontón.

Los cuerpos desnudos, más que dioses son el prototipo de la masculinidad de la época, donde la sobriedad simplificadora aporta al mármol formas puras que le confieren vitalidad y humanidad.

Las escultura femeninas van vestidas, pero la llamada técnica de los paños mojados permite apreciar sus cuerpos através de los pliegues de sus túnicas.

Las Parcas, deidades fúnebres, muestran adaptadas a sus cuerpos los pliegues finísimos de sus ropajes transparentes, en tanto que los ropajes de Iris y de la Victoria, que habitan aquí en el suelo, se izan los pliegues a impulsos del viento, en contraste con los planos de tela serena que adorna la figura de la diosa olímpica Hebe, sobre los que se posan los rayos solares.

 

Sólo se han conservado dos cabezas  de los frontones del Partenón:

  • una es la del joven recostado que se suele designar con el nombre de Teseo;

  • la otra es una cabeza femenina que se cree fuese la de la Victoria.

Ambas cabezas son de una simplicidad sublime, pero todavía bien humana, su forma no se estiliza; se idealiza lo que es eterno e inmortal en la faz de cada sexo. La misma idealización aparece en las cabezas de los caballos.

En cada una de las fachadas menores había catorce metopas y treinta y dos en cada uno de los lados, en total 92, todas ellas con altorrelieves:

  1. en la parte este, la lucha de los dioses contra los gigantes y,

  2. en la parte oeste, la lucha de los griegos contra las amazonas;

  3. en el lado norte, las luchas contra Troya y, en

  4. el sur narran la lucha de los centauros contra  los lapitas en el banquete de bodas de su rey. Una representación idealizada  de la victoria en las guerras medicas. Por un lado los centauros representaban el lado salvaje, al bárbaro persa dominado por un tirano, al contrario que los griegos, hombres civilizados, independientes (los lapitas).

 

Frente a las metopas de las fachadas menores bajo el gran pórtico se desarrolla un friso con una procesión en la que participaban todos los ciudadanos de Atenas, los cuales, representados en su diversas categorías acudían fielmente al santuario de la Acrópolis.

Era una ceremonia cívica que en la celebración de las Panateneas congregaba cada año a todo el pueblo de Atenas para llevar un nuevo manto a la diosas.

El antiguo ídolo de madera, xoana, era vestido con un manto o peplo de lana tejido por las vírgenes, panateneas, consagradas a la diosa; después la costumbre se transformó en una ceremonia que consistía en que el sacerdote recibía el peplo a la puerta del Partenón y lo colgaba durante todo el año en la cella, junto a la estatua de la diosa. Cada cuatro años eran mas solemnes.

El friso, que da la vuelta a todo el edificio, en un recorrido de 160 m. está grabado en un bajorrelieve con figuras de un tamaño mitad del natural que forman una comitiva formada por viejos con manto,  filas de muchachas y matronas, jóvenes a caballo, sacerdotes y personajes de la aristocracia ateniense, todos encaminados hacia la fachada oriental, donde estaba la entrada.

A ellos se unen los doce dioses olímpicos, entre ellos  Poseidón, Apolo, Artemisa, y todos los demás dioses que han descendido del Olimpo y están presentes  en la ofrenda del peplo, pero no  toman parte en la procesión, son testigos del acontecimiento.

La novedad de este friso está en el naturalismo con que está representados  los grupos humanos.

Caballeros en la procesión de las Panateneas

 

 Las esculturas del Partenón son, por muchos conceptos, el más alto resultado artístico que ha producido la Humanidad. Desde la antigüedad se ha alabado su perfección. Pericles las calificaba de "milagro sorprendente" y reprochaba a los atenienses que no supieran admirarlas. Plutarco, con sencillez estoica dijo de ellas: "Lo que hace más admirable aquellas obras es que se hayan ejecutado en tan corto tiempo para tan larga vida".

Bueyes para el sacrificio

Entre todas las esculturas las mejor conservadas son los bajorrelieves del friso interior jónico  que rodeaba  el bloque central del edificio y narraba la procesión  que se celebraba cada 4 años en Agosto.

Desde el oeste del partenon se dividian en dos direcciones y se reunian en frente del templo. En dicha procesion se observan: jinetes y carros, acobates (bueyes para el sacrificio), estadistas y doncellas.

Los jinetes realizaban ejercicios de intencion heroica y cultural. Delante heroes atenienses, dioses y diosas del Olimpo incluyendo a Atenea preparados para recibirlos.

En el interior del templo se encontraba una enorme estatua de Atenea hecha de oro y marfil, de mas de 11 metros, que costó más que todo el templo y, en un habitáculo posterior, para las ofrendas a la diosa. Sostenia en su brazo izquierdo una égida (escudo), que llevaba la imagen de Pericles esculpida en ella, por lo que Fideas fue acusado de blasfemo, y en la derecha una estatua de 1m 1/2 de Nike.
   

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