La paleta está
confeccionada en esquisto verde, según otros investigadores el material es
pizarra, tiene unas proporciones de 45 cm. de ancho, 64 cm. de alto y en
su parte más gruesa de 6.5 cm.
Ambas caras de la
paleta están decoradas, en su parte superior aparecen dos cabezas de vaca
que simbolizan, bien a la diosa Hatubat o bien a la diosa
Hathor. Entre ellas se sitúa la Fachada del Palacio,
y en su interior se encuentra el nombre Horus del rey, el pez
Nar y un cincel, cuyo significado es “Querido de Nar”.
En uno de sus lados aparece el rey con la corona del Alto Egipto en
actitud de golpear con una maza piriforme a un enemigo (llamado Uash,
según un jeroglífico), gesto que se representará posteriormente en
muchos relieves, sobre todo durante el Imperio Nuevo.
Detrás del rey aparece un portasandalias, y en la parte superior
derecha un halcón, que posado sobre seis papiros, coge con una de sus
garras una cuerda en cuyo extremo se encuentra un prisionero sujeto
por la nariz, lo que ha sido interpretado como el triunfo del soberano
del Sur sobre el Delta, habiendo hecho prisioneros o dado muerte a
seis mil enemigos, que también aparecen en el registro inferior siendo
pisoteados por el monarca. |
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En la otra cara se halla el soberano marchando sobre
Buto, ciñe la corona roja del Bajo Egipto y un vestido ritual, continúa
acompañado de su portasandalias, pero en este registro también aparecen
otra serie de figuras que se han interpretado como su primer ministro y
cuatro portaestandartes, que posteriormente serían conocidos como los
Seguidores de Horus o los Dioses que siguen a Horus.
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Frente a ellos se encuentran diez enemigos
decapitados y una serie de jeroglíficos, cuya interpretación, según
Kemp, no puede llevarse a cabo de un modo fiable.
En la parte inferior aparece un toro,
simbolizando al rey destruyendo una fortaleza.
El motivo central está compuesto por dos animales
con cuerpo de león y grandes cuellos que formaban el recipiente para
la mezcla de aceites. Driotón y Vandier
creen que es un motivo asiático, mientras la idea de Kemp
es que expresa cierta armonía con el fin de contrarrestar las
representaciones bélicas. |
Fernando Olaguer-Feliú
ve al personaje arrodillado como la manifestación del pueblo sometido,
mientras que la idea que mana de los personajes que marchan al lado
del monarca(portaestandartes, portasandalias...) es la del servicio y
sumisión total hacia él.
Un concepto fundamental de la paleta es el
protagonismo total del rey del Alto Egipto, pues en ambas caras es el
único que representa al Sur de una forma clara, mientras que el Bajo
Egipto aparece representado por varias personas, todas ellas moribundas,
muertas o hechas prisioneras.
Uno de los problemas que se plantea es el de la
identidad del rey Narmer, cuestión que intentan esclarecer
los investigadores, entre otras cosas, mediante el estudio de su nombre.
Los soberanos contaban con diversos títulos, que a
partir de la V Dinastía quedarían establecidos en cinco:
-
Horus,
con el que se reconoce al rey.
-
Las dos
Señoras.
-
Horus de
Oro.
-
Nesut
Biti.
-
Hijo de Re,
el verdadero nombre del rey. Pasaba en muchas ocasiones de padres a
hijos.ellos
algunos especialistas, como H. Frankfort o Emery,
han identificado a Narmer con Menes, el
monarca que habría fundado Menfis (Muralla o Muro Blanco), defendiendo
que Aha sería su hijo, y ambos tendrían “Men”
como el título de Las Dos Señoras.
En este sentido, y
apoyándose en el sello de Abidos, en donde aparece el nombre de
Menes asociado a la figura de Narmer, y en la
tableta de Nagada, donde se encuentra junto al Horus Aha,
Gredseloff llegó a la misma conclusión de los investigadores
anteriores.
Otros autores, como
H. Müller, se basan en tabletas de madera y marfil encontradas
en Abidos, lugar donde se enterraron los soberanos de la I Dinastía, que
contenían el nombre de Menes junto al del Horus Aha
para conjeturar que se trataba de la misma personas. Pero hay quién
defiende que estos objetos se datarían en época del rey Djer,
tercer rey de la I Dinastía, por lo que éste y Aha habrían
tenido el mismo título Nesut Biti.
Neville
dice que el nombre de “Men” que aparece en la tableta de
marfil no hablaría de Menes, sino que haría alusión al
nombre de un pabellón real, es decir, el lugar donde se desarrollaban las
ceremonias de la fiesta Sed, describiendo al doble trono de la fiesta.
Basándose también en
los títulos, Driotón y Vandier opinan que no
es descabellado pensar que bien pudo existir una sucesión Narmer-Menes-Aha-Djer,
mientras que Hall especula con la idea de que Menes
fuera una figura compuesta y legendaria del primer y tercer
monarca.
Otros autores defienden
la hipótesis de que se trataría de una misma persona que tras haberse
impuesto sobre el Norte, tomó el título de Horus Aha
(El Combatiente), aunque esta teoría tiene algunos inconvenientes, pues
Aha tuvo que enfrentarse en diversas ocasiones con nubios,
libios y pueblos del Norte, lo que hace suponer que Egipto no se habría
unificado totalmente.
Sea como fuere, la idea
más extendida defiende que la figura unificadora del país no fue otro que
Menes, pudiéndose identificar con Narmer.
Pero el problema de la unificación es otra de las
cuestiones en las que no se ponen de acuerdo los estudiosos.
En la paleta,
el soberano aparece tanto con la corona del Sur como con la del Norte,
pero en ningún momento aparece con la Doble Corona, por lo que se puede
interpretar que las representaciones que en ella aparecen serían la
culminación de este proceso, aunque también hay quién hable de una
Reunificación de las Dos Tierras. |
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En este aspecto Kees y Sethe
creen que existió una primera unificación hacia el 3600 a. C.
Aproximadamente, cuando un reino del Norte, con capital en Buto, invade el
Sur, con capital en Neekhen, unificando el país, unión que no tardaría en
desaparecer, volviendo el Sur a convertirse en independiente posiblemente
hacia el final del Gerzeense. Algunos estudiosos sitúan los
reinados de Escorpión y Narmer en esta época.
En un momento posterior comienza un proceso de
expansión o “Reconquista” por parte del Alto Egipto, que
concluiría con el inicio del Período Dinástico, aunque la unificación no
sería total, pues no desaparece la identidad de cada uno de los estados,
lo que hace que en momentos de crisis del poder central se vuelvan a
separar en los territorios predinásticos.
Durante los primeros soberanos todavía se producen
enfrentamientos, lo que lleva a que haya investigadores que opinen que el
verdadero unificador del país sería alguno de los monarcas de la Primera
Dinastía.
Hay autores que piensan
que no existió ningún reino en el Norte, lo único que habría sería una
serie de pequeños territorios que equivalen en épocas posteriores a los
nomos o sepaut, cada uno de ellos con su propio
gobernante. Paulatinamente habrían sido conquistados por un Estado
unificado del Sur.
Otros investigadores
apoyan esta tesis, pero le dan un carácter económico, argumentando que la
causa de estas conquistas se debería al control de la inundación del Nilo
y a la obtención de metales, lo que haría que existiese un enfrentamiento
en el Sur, que poco a poco se iría extendiendo hacia el Norte.
Finalmente, rasgos
relacionados con la unificación de Egipto también se pueden apreciar en el
ámbito religioso, como puede observarse en el caso de los mitos, siendo el
más conocido el de Osiris, en donde las luchas entre Horus y
Set tendrían unas connotaciones políticas cuyo trasfondo
sería el intento de unión y dominio de Egipto. |