Mérida en el
Alto imperio
Emerita Augusta pronto adquirió
importancia favoreciéndose de las etapas de marmolización que
recorrieron el gobierno de los Julio-Claudios y el impulso de
los emperadores de origen hispano, Trajano y Adriano.
La riqueza y prosperidad se ve reflejada
en la monumentalidad de sus principales edificios (Teatro, Anfiteatro,
Circo, puentes sobre los ríos Anas y Barraeca; el primero de 792 m.
sería uno de los más largos e importantes del Imperio, el dique de
contención bajo la muralla, red de cloacas, acueductos de los Milagros
y Rabo de buey-San Lázaro, etc.).
Su promoción a capital de la
provincia de Lusitania en el 15 a.C., que comprenderá los
Conventus emeritensis, scallabitanus y pacensis.
Durante los gobiernos de los Flavios y
los Antoninos se produjo un momento de esplendor para la Hispania Altoimperial
Durante el gobierno de los Flavios se
realizará la
ampliación de sus foros municipal y provincial, se terminó el
anfiteatro y la muralla oriental, se remodelaron los
edificios dedicados al culto Imperial; los templos de Diana y de
Marte y el santuario de los dioses orientales que estaba ubicado
en el cerro de San Albín, sin abandonar la red de saneamiento de
la ciudad. |

Acueducto de los Milagros, Mérida |
Emerita
Augusta vive durante el s. II un momento único, los emperadores hispanos Trajano y Adriano, tanto en lo
constructivo, como en lo económico aumentaron la importancia de la ciudad,
en ella, se asentaron nuevos habitantes tanto de el resto de
Hispania como de otros lugares del Imperio. En este momento se asientan
individuos que rinden culto a deidades orientales (Mitra) y de
gentes judías.
El s. III presenta pocas fuentes
sobre la ciudad y su entorno, pero los restos arqueológicos demuestran
que había una abundante actividad industrial (cerámica, vidrios,
y artes menores).

Detalle de un
columbario de Mérida |
La composición social de la colonia en este siglo
se conoce gracias a las inscripciones romanas procedentes de la llamada
“Necrópolis Oriental”, datada desde mediados del
s. I hasta finales del s. III d.C.
Destacan entre los restos hallados, la presencia de un
duumvir de Metellinum, una
mujer procedente de de Asia y, quizás un gobernador de Lusitania.
Aparecen los primeros testimonios de la
presencia de cristianos en
la ciudad, basados en la noticia del movimiento organizado en torno al
obispo Marcial, en defensa de los perseguidos por Decio en el 254, y la
carta de Cipriano de Cartago. |
Tras el edicto de libertad de cultos,
Mérida se convierte en una de las ciudades españolas, junto a Sevilla
y Tarragona, a la que se le confiere la dignidad metropolitana.
Emerita Augusta en el Bajo Imperio
La
ciudad de Mérida, a finales del s. III y a durante el s. IV mantiene su
entramado urbano y, aumenta su
actividad constructora en base a nuevo estatus jurídico
tras la reforma administrativa de Diocleciano,
que convierte a Mérida en la Capital de la Diócesis Hispaniarum y, por tanto,
en la sede del vicarius hispaniarum.
El desarrollo urbano de la colonia durante este período
de estabilidad durante el reinado de Constantino y sucesores,
convierte a la ciudad en una de las más importantes del mundo romano.
Tenemos el testimonio de Ausonio, que en su obra Ordo Urbium nobilium, hace mención a las ciudades de
Hispania en los versos 81 y siguientes:
Clara mihi post has memorabore, nomem latinum,
Emerita. Aequorens quam praeterlabitur amnis,
summittit cui tota suos Hispania fasces.
Corduba non, non arce potens ibi Tarraco certat
Quaeque sinn pelagi iactat se Bracara dives”
(1)
En el Laterculus Pelemii
Silvi, fines del s.IV, se nombra
únicamente a Emerita Augusta en la nomina provinciarum.
“IV. Nomina Provinciarum....in Hispania VII
2 Prima: Tarraconensis
3 Secunda: Carthaginiensis
4 Tertia: Baetica
5 Quarta: Lusitania, in quia est Emerita
6 Quinta: Gallaecia
7 Sexta: Insulae Balearis
8 Septima: Tingitana”.
El hecho de ser la residencia del vicarius hispaniarum convierte
a Emerica Augusta en un centro
administrativo, económico y político de gran importancia de la Hispania
bajoimperial.
|

Excavaciones de la
Basílica de Santa Eulalia |
|