Isis

Tal vez una de las diosas que han
traspasado las fronteras de la mitología egipcia sea la diosa Isis,
sin duda por la adopción de su culto durante el Alto Imperio, en
Roma, primero y por su importancia dentro de los llamados cultos
mistéricos en posteriores etapas.

Isis. (AMPLIAR
IMAGEN) |
En la mitología egipcia su
nombre responde a la transliteración:
Ast.
Nosotros la conocemos
por el nombre griego de Isis, y la mitología grecolatina tan
aficionada a la identificación, dentro de sus programas de
sincretismo, la caracterizó como sus diosas Demeter, Hera o
Juno.
Se ha dicho que su nombre
egipcio tiene intima relación con un jeroglífico que
representa un trono, y su iconografía fusiona la imagen de una
joven mujer con una cabeza que está coronada por una especie de
trono o asiento. A partir del Reino Nuevo su iconografía
tiende a confundirse con Hathor, y su tocado está formado
por un disco solar entre dos cuernos de bóvido, en forma de
lira. En su identificación animal indistintamente aparece
como un milano o una vaca |
La mitología egipcia no está formada
por una serie de familias y lazos familiares tan claros como las sagas
indoeuropeas, sin embargo los mitógrafos han tendido a unificar
listas de dioses en un intento de clarificar las relaciones y los
mitos ancestrales, llevando a un gran error de base. A nivel de
divulgación, nos encontraríamos con una divinidad que es considerada
la primera diosa que surge de la unión de Geb y Nut nacida en los pantanos del Delta.
Fue asociada como paedra de
su hermano Osiris, formando una pareja ancestral y creadora de
civilización.
Enseñó a las mujeres a moler el grano,
hilar y tejer, instituyó el matrimonio y la familia y enseñó
a curar las enfermedades. Fue también símbolo de la
fidelidad conyugal, incluso más allá de la muerte, de la
abnegación maternal, y se la invocaba como protectora de los
niños y de las mujeres. Fue madre de Horus.
En principio se trataba de una
diosa madre cuyo culto debe ser originario de El Delta, se
identifica como una diosa celeste por lo cual en ciertos
momentos de la historia de Egipto se confunde con otras
diosas celestes como Hathor, se representaba
a Isis con cuernos de vaca, símbolo del cielo, sobre cabeza humana,
encerrando dentro el disco solar.
Se la representaba también como
una mujer que amamantaba a su hijo, el dios Horus.
Como pareja del dios de los muertos aparece en los ritos y
mitos relacionados con el culto funerario al lado de su
hermana Neftis era una de las diosas custodias de los
vasos canopes que contenían los órganos de los
difuntos. |
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En base a las creencias de los los
antiguos egipcios se pensaba que la diosa tenía un gran poder, poder
para castigar o perdonar por lo que se creía que los que conocieran
las palabras mágicas, y colocaran en el sarcófago el símbolo de Isis junto con el de Osiris,
serían admitidos de inmediato en el cortejo de Horus, se les abrirían
las puertas del mundo de los muertos, siendo acogidos en el campo de los bienaventurados
donde vivirían felices.
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Pese a que muchos dioses lo
portan se considera que la cruz ansada era su emblema,
el ank símbolo de la vida y que contenía la sangre
de Isis, y se le atribuían grandes virtudes mágicas, lo que
explica que fuese fabricado en numerosas ocasiones en piedras
encarnadas, jaspe o ágata.
Isis se representaba con siete escorpiones que le servían de
defensa y protegían al joven Horus. Este mito de los escorpiones se recoge especialmente en la estela de Metternich,
y, pero desde la dinastía XII, era invocada en el tratamiento de
picaduras venenosas de serpientes o escorpiones. |
Entre las sucesivas narraciones de mitos
que nos han llegado, el mito mas conocido es el Mito de Osiris,
base de ritual de funerario egipcio y del nacimiento del reino de
los muertos del cual se pueden encontrar numerosas referencias. En
el papiro de Turín y en el papiro Chester Beatty XI, dinastía XIX,
nos cuenta como intentó robar el nombre de Re. Un paralelo de esta historia acontece
también entre otros dioses del panteón, tal es el caso de Nemty y
Horus, así como de Amón y Jonsu.
El centro del culto de Isis
estaba en Filé, donde la diosa encontró el corazón de su
esposo y se construyó un templo dedicado a ella durante la XXX Din. El culto de Isis se difundió desde Alejandría por
todo el mundo helenístico después del siglo IV a.C. Apareció
en Grecia en combinación con los cultos de Horus, su hijo, y
Serapis, el nombre griego de Osiris.
El historiador griego Herodoto
identificaba a Isis con Deméter, la diosa griega de la
tierra, la agricultura y la fertilidad. El culto tripartito
de Isis, Horus y Serapis se introdujo después del 86 a.C., en
Roma durante el consulado de Lucio Cornelio Sila y llegó a
ser uno de los cultos más populares de la religión romana, (ver
el asno de oro). |

Estela de Metternich,
(AMPLIAR
IMAGEN) |
Llegó a adquirir una
mala reputación debido al carácter libertino de algunos de
sus ritos sacerdotales, de tal modo que algunos cónsules
posteriores hicieron esfuerzos para suprimir o limitar el
culto de Isis. El culto desapareció en Roma después de la
instauración del cristianismo y los templos egipcios
dedicados a Isis que quedaban fueron cerrados a mediados del
siglo VI d.C.

Ceremonia isíaca, Museo de
Napoles |
En Época Grecorromana se le dedicaron unos templos denominados
Iseum.
Entre ellos, podemos destacar el que se localiza en la ciudad de
Pompeya y el de Behbeit el-Haggar, en Egipto. Su culto se
asoció con Démeter y Zeus y se convirtió en una
religión mistérica, con ritos de iniciación, de purificación y
ascéticos. En Egipto, su culto conoció la decadencia cuando el país
fue invadido por persas, griegos y romanos. La llegada del
cristianismo y la renuncia del emperador Constantino a ser
faraón-dios-sacerdote acabó con su culto. Sila
introdujo en Roma el culto a Maat, que
fue
asimilada a Bellona,
en este momento
se
instaló
en la ciudad el primer colegio de pastóforos, los
sacerdotes isíacos.
Durante el
gobierno de Augusto,
el culto isíaco no solamente era identificado como
externa superstitio, sino que, además, una de las
mayores enemigas del pueblo romano, Cleopatra,
derrotada por Augusto,
se había autodefinido como la nueva Isis; la
identificación de las reinas ptolemaicas con Isis se había
convertido ya en una tradición, iniciada por la esposa
Ptolomeo II.
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La
batalla
de Actium supuso un
gran obstáculo
para la implantación definitiva del culto isíaco en Roma,
vinculado como estaba a la derrota y conquista del enemigo.
La imagen conservada en
el Museo de Nápoles representa la ofrenda de un vaso
canopo, punto culminante del ritual, con toda
la parafernalia
que rodeaba al acontecimiento simbólico de la exhibición del
arcano de Osiris, cuyo significado quedaba restringido a los
iniciados en los misterios isíacos.
En otras pinturas procedentes tanto de Herculano como
de Pompeya se representan varios rituales de este evento, obviamente
destinado solamente a iniciados, como danzas rituales donde
sacerdotes impolutos, rasurados y portando vestiduras blancas
estaban acompañados por tañedores de sistros, el instrumento musical
de la diosa, y bailarines. En una de las pinturas un bailarín que
porta una máscara, en un misterioso ritual que aparece en Herculano.
Sabemos que la máscara de Anubis era un elemento básico en el ritual
denominado la
Navigium Isidi". Se
utilizaba como máscara una cabeza de un cánido
que era identificado con
este dios, que
embalsamó a Osiris y
que guiaba a los muertos
a su "paraiso",
la llevaban los
sacerdotes isíacos, que portaban también el caduceo de Mercurio; las
representaciones iconográficas de este dios psicopompo,
nada comunes en los
prototipos egipcios,
introdujeron en Roma ritos y representaciones
totémicas, ancestrales del
valle del Nilo desde tiempos predinásticos.
Como uno de los cultos considerados
como mistéricos en la Antigua Roma, el cristianismo adopto muchas de
las formas, ritos y liturgias de estos, tanto del culto mitraico
como el de Isis. Los
gobernantes nubios mantuvieron el culto a la diosa en el, para
entonces, viejo templo de Filae, hasta que un decreto del emperador
Justianiano en el siglo VI, cerró el santuario convirtiéndolo en
iglesia y acabando con el culto a Isis.
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Isis con un
sistro, s. II d.C.Museo de Nápoles |
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