LA FALANGE GRIEGA:

La formación básica de combate en la Antigua Grecia era la falange que con las variaciones propias del paso del tiempo  constituyó la unidad central del sistema táctico que llevó a los griegos a triunfar sobre los persas en las guerras médicas, se utilizó en los combates de tierra en las guerras del Peloponeso, las guerras sagradas y en las luchas de la hegemónica Tebas y Alejandro Magno.

 

El origen de la falange ha planteado numerosas discusiones, comenzando con la idea muy criticada que afirma que en la Ilíada de Homero se describen combates en formación de falange, por aquello de que avanzaban como las arenas del  mar. Incluso el vaso micénico de los guerreros presentaría una de las primeras representaciones de este sistema de lucha.

 

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Para los especialistas en  Historia militar la procedencia menos controvertida es el agon,  la mentalidad arcaica relacionada con las competiciones atléticas y teatralizadas.

Las representaciones  iconográficas reflejan  que la disposición de las tropas en falanges hoplíticas era una realidad  atestiguada por lo menos desde mediados del siglo VII a.C., sin embargo ignoramos si este sistema de  combate representó una revolución dentro de las tácticas militares utilizadas hasta entonces, o si fue fruto de una evolución dilatada en el tiempo desarrollando  modelos arcaicos similares.

Vaso de los guerreros, s. XV a.C., Micenas

En la actualidad se piensa que  la falange hoplítica nació de los cambios sociopolíticos que tuvieron lugar en el seno de la ciudad-estado con el nacimiento de las tiranías.

Reconstrucción hipotética de un hoplita

Para Aristóteles, la concepción militar de una etapa anterior, la de las primeras ciudades aristocráticas, había respondido a la táctica de la caballería y no a una organización que, como la falangista, tenía a la infantería como su principal baluarte ofensivo.

La organización de la defensa de las ciudades-estado en falanges eliminó a la casta de los guerreros profesionales. Mediante levas forzosas, toda la población masculina estaba implicada en la defensa de la polis. 

ORGANIZACIÓN DE LA FALANGE


Es complicado explicar la organización interna de una falange dado que existen pocos  documentos contemporáneos específicos sobre el tema y su estructura interna es compleja:

 

La unidad básica era la fila: dos protóstatas (filas impares) y dos epistatas (filas pares), formaban la enomotia. cuatro enomotias, una hilera; dos hileras, una diloquia; dos diloquias, una tetrarquia; dos tetrarquias, una taxiarquia; dos taxiarquias, un sintagma. Éste era un batallón que se alineaba, teóricamente, en formación cuadrada de dieciséis hombres por cada uno de sus lados.

Dos sintagmas formaban una pentacosiarquia; dos de éstas, una chiliarquia; dos chiliarquias, una merarquia; y, por último, dos merarquias, formaban la falangarquia, cuerpo compuesto por cuatro mil noventa y seis hombres, divididos en doscientas cincuenta y seis hileras de dieciséis hombres, es decir, dieciséis sintagmas, cada una con dieciséis hileras de dieciséis hombres (ver cuadro adjunto).

ALGUNOS NÚMEROS:

Las Falanges variaron en su forma y composición, según las épocas, pero todas estuvieron basadas, básicamente, en las falanges espartanas.

La falange espartana se componía de varias  filas ( 4, 8, 12 ó 16 ), de composición homogénea en sí, pero heterogéneas entre ellas.

Sintagma

Generalmente la primera fila estaba formada por los soldados de más experiencia y habilidad para el combate,  en la última estaban colocados los siguientes soldados en habilidad y experiencia. En las filas intermedias se situaban los soldados menos experimentados

Esta composición hacía de la Falange una fuerza de choque muy resistente, tanto en el inicio como al final de la lucha, evitando su desmoronamiento y desorganización en el combate.

La Falange básica estaba la compuesta de 4096 hombres divididos en cuadro de 216 x 16, o lo que es lo mismo 16, sintagmas, formados cada uno por 16 filas de 16 hombres (256 soldados.

Composición del sintagma

(Ampliar imagen)

A continuación se describe las diferentes partes de una falange tipo:

  • Los soldados pares se denominaban Protastas  y los impares  Epíctatas resultando de la unión de 2 de ambos lo que se denominaba  Enomatía (4 hombres).

  • De la union de 4 Enomatias resultaba la Hilera (16 hombres).

  • Al reunir 2 Hileras daba como resultado la  Dilochia  (32 hombres).

  • De la unión de 2 Dilochias se formaba la Tetrarquía  (64 hombres).

  • De la unión de 2 Tetrarquías se formaba la  Taxiarquía  (128 hombres).

  • De la unión de 2 Taxiarquías se formaba el  Sintagma  (256 hombres), llamado " Batallón en cuadro ".

  • De la unión de 2 Sintagmas se formaba la  Pentacosiarquía (512 hombres).

 

  • De la unión de 2 Pentacosiarquías se formaba la Quiliarquía  (1024 hombres).

  • De la unión de 2 Quiliarquías se formaba la  Merarquía  (2048 hombres).

  • De la unión de 2 Merarquías se formaba la  Falangarquía  (4096 hombres).

 

La cohesión interna de la falange estaba muy relacionada con su arma defensiva por excelencia: el escudo hoplítico (hoplón), la base de su efectividad estaba íntimamente relacionada con  uniformidad de movimiento, el alineamiento cerrado de la estructura de la falange y la imposibilidad de ruptura de la formación, dado que si se rompía su efectividad se venía abajo.

El escudo que evoluciona desde otros escudos históricos es un arma nueva, efectiva por una serie de innovaciones:

  • se sujetaba con el antebrazo y no se podía  cargar sobre la espalda, lo que impedía una rápida retirada.

  • por delante, cubría la parte izquierda del cuerpo del hoplita y la derecha del compañero de fila.

  • el escudo era el elemento esencia de la llamada  solidaridad hoplítica, ya que protegía el cuerpo de su portador y el de su compañero de hilera.

  • para poderlo usar de forma eficaz necesitaba un entrenamiento esmerado, cuya consecuencia era  la relación de equipo de los hoplitas

El armas ofensiva característica de un hoplita era una lanza de acometida denominada sarisa, hecha de madera, de unos dos metros y medio de longitud y provista de punta y contrapeso de hierro o bronce.

Junto a la lanza  portaba una  espada corta para el combate cuerpo a cuerpo. Para su defensa, el hoplita iba protegido por grebas, casco metálico y, dependiendo de las épocas, por una coraza o loriga de cuero con placas o mallas sobrepuestas. Este equipamiento estaba completado por el arma defensiva que daba nombre al soldado, el escudo hoplita u hoplón, fabricado en bronce o de un armazón de madera o mimbre recubierto de piel, cuyo diámetro oscilaba entre los ochenta y los noventa centímetros.

El armamento hoplita evolucionó desde los primeros tiempos de su creación buscando una mayor ligereza que le permitía maniobrabilidad en el combate. Con el tiempo los brazaletes y las protecciones de los muslos o quijotes fueron desapareciendo. Como lanza supletoria se comenzó a utilizar una jabalina

 

La coraza de bronce se sustituyó por una casaca de lino o cuero  que estaba reforzada por  con piezas metálicas.

 

Como es natural esta colección  de armas y equipamiento militar no era barato y  el equipo  requería una importante inversión, aproximadamente unas cien dracmas áticas, que se ha estimado equivalente al salario trimestral de un obrero cualificado, inversión que, en la Atenas del siglo V, sólo podían permitirse los ciudadanos pertenecientes a una de las tres primeras clases censatarias.

 

Entre las clases acomodadas de la población ateniense, la tercera de ellas, la de los zeugitas, formaban el grueso de los efectivos hoplitas.

 

Los cuerpos auxiliares, que formaban el cuerpo central o nervio de la falange, acompañaban a ésta multitud de soldados, peltastas, psilites, se nutrían de las capas más desfavorecidas de la población, incluidos los esclavos, que solían actuar como escuderos de sus amos.

 

La eficacia de las falanges hoplíticas se basaba en la solidaridad, base de su cohesión.

La ley más estricta era no abandonar a los compañeros de filas y, por lo tanto, aguantar las posiciones.

Hoplita griego armado (reconstrucción)

Esta lealtad al cuerpo se inculcaba desde pequeños a los muchachos espartanos a través de la férrea organización de su vida cotidiana, mientras que en Atenas se conseguía a través del agrupamiento de los hoplitas en tribus, Así funcionaban en el seno de la falange relaciones naturales de apoyo y ayuda mutua regidas por el parentesco, la vecindad o la amistad.

La Guerra del Peloponeso, por su larga duración y  la complejidad de sus campañas, vuelve al viejo hoplita cada vez más obsoleto. La Guerra del Peloponeso quizá, no fue el único factor que creó el hundimiento del “ideal” hoplítico, pero aceleró un proceso

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