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Para los especialistas en
Historia militar la procedencia menos controvertida es el
agon, la mentalidad arcaica relacionada con las
competiciones atléticas y teatralizadas.
Las representaciones
iconográficas reflejan
que la disposición de las tropas en falanges hoplíticas era una realidad
atestiguada por lo
menos desde mediados del siglo VII a.C., sin embargo ignoramos si
este sistema de combate representó una revolución dentro
de las tácticas militares utilizadas hasta entonces, o si fue fruto
de una evolución dilatada en el tiempo desarrollando modelos arcaicos
similares.
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Vaso de los
guerreros, s. XV a.C., Micenas |
En
la actualidad se piensa que la falange hoplítica nació de los cambios sociopolíticos que tuvieron lugar
en el seno de la ciudad-estado con el nacimiento de las
tiranías.
Reconstrucción
hipotética de un hoplita |
Para Aristóteles, la
concepción militar de una etapa anterior, la de las primeras
ciudades aristocráticas, había respondido a la táctica de la
caballería y no a una organización que, como la falangista,
tenía a la infantería como su principal baluarte ofensivo.
La organización de la defensa de
las ciudades-estado en falanges eliminó a la casta de los
guerreros profesionales. Mediante levas forzosas, toda la
población masculina estaba implicada en la defensa de la polis.
ORGANIZACIÓN DE LA FALANGE
Es complicado explicar la organización interna de una
falange dado que existen pocos documentos contemporáneos específicos
sobre el tema y su estructura interna es compleja:
La unidad básica era la fila: dos protóstatas (filas impares) y
dos epistatas (filas pares), formaban la enomotia.
cuatro enomotias, una hilera; dos hileras, una diloquia;
dos diloquias, una tetrarquia; dos tetrarquias, una
taxiarquia; dos taxiarquias, un sintagma.
Éste era un batallón que se alineaba, teóricamente, en formación
cuadrada de dieciséis hombres por cada uno de sus lados.
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Dos sintagmas formaban una pentacosiarquia; dos de éstas, una chiliarquia;
dos chiliarquias, una merarquia; y, por último, dos merarquias,
formaban la falangarquia, cuerpo compuesto por cuatro mil
noventa y seis hombres, divididos en doscientas cincuenta y seis
hileras de dieciséis hombres, es decir, dieciséis sintagmas, cada una
con dieciséis hileras de dieciséis hombres (ver
cuadro adjunto).
ALGUNOS NÚMEROS:
Las Falanges variaron en su forma y composición, según las
épocas, pero todas estuvieron basadas, básicamente, en las falanges
espartanas.
La falange espartana se
componía de varias filas ( 4, 8, 12 ó 16 ), de
composición homogénea en sí, pero heterogéneas entre ellas. |

Sintagma |
Generalmente la primera fila
estaba formada por los soldados de más experiencia y
habilidad para el combate, en la última estaban
colocados los siguientes soldados en habilidad y
experiencia. En las filas intermedias se situaban los
soldados menos experimentados
Esta composición hacía
de la Falange una fuerza de choque muy resistente, tanto en
el inicio como al final de la lucha, evitando su
desmoronamiento y desorganización en el combate.
La Falange básica estaba la compuesta de 4096 hombres
divididos en cuadro de 216 x 16, o lo que es lo mismo 16,
sintagmas, formados cada uno por 16 filas de 16
hombres (256 soldados.

Composición del sintagma
(Ampliar imagen) |
A continuación se
describe las diferentes partes de una falange tipo:
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Los soldados pares se
denominaban Protastas y los impares Epíctatas
resultando de la unión de 2 de ambos lo que se
denominaba Enomatía (4 hombres).
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De la union de 4 Enomatias
resultaba la Hilera (16 hombres).
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Al reunir 2 Hileras daba
como resultado la Dilochia (32
hombres).
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De la unión de 2 Dilochias
se formaba la Tetrarquía (64 hombres).
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De la unión de 2 Tetrarquías
se formaba la Taxiarquía (128
hombres).
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De la unión de 2 Taxiarquías
se formaba el Sintagma (256
hombres), llamado " Batallón en cuadro ".
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De la unión de 2 Sintagmas
se formaba la Pentacosiarquía (512
hombres).
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De la unión de 2
Pentacosiarquías se formaba la Quiliarquía (1024
hombres).
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De la unión de 2
Quiliarquías se formaba la Merarquía (2048
hombres).
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De la unión de 2 Merarquías
se formaba la Falangarquía (4096
hombres).
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La cohesión interna de la falange
estaba muy relacionada con su arma defensiva por excelencia:
el
escudo hoplítico (hoplón), la base de su efectividad
estaba íntimamente relacionada con uniformidad de
movimiento, el alineamiento cerrado de la estructura de la
falange y la imposibilidad de ruptura de la formación, dado que
si se rompía su efectividad se venía abajo.
El escudo que evoluciona desde
otros escudos históricos es un arma nueva, efectiva por una
serie de innovaciones:
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se sujetaba con el antebrazo y
no se podía cargar sobre la espalda, lo que impedía una
rápida retirada.
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por delante, cubría la parte
izquierda del cuerpo del hoplita y la derecha del compañero de
fila.
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el escudo era el elemento
esencia de la llamada solidaridad hoplítica, ya que
protegía el cuerpo de su portador y el de su compañero de
hilera.
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para poderlo usar de forma
eficaz necesitaba un entrenamiento esmerado, cuya consecuencia
era la relación de equipo de los hoplitas
El armas ofensiva característica
de un hoplita era una lanza de acometida denominada sarisa,
hecha de madera, de unos dos metros y medio de longitud y
provista de punta y contrapeso de hierro o bronce.
Junto a la lanza portaba una
espada corta para el combate cuerpo a cuerpo. Para su defensa,
el hoplita iba protegido por grebas, casco metálico y,
dependiendo de las épocas, por una coraza o loriga de cuero con
placas o mallas sobrepuestas. Este equipamiento estaba completado
por el arma defensiva que daba nombre al soldado, el escudo
hoplita u hoplón, fabricado en bronce o de un armazón de madera
o mimbre recubierto de piel, cuyo diámetro oscilaba entre los
ochenta y los noventa centímetros.
El armamento hoplita evolucionó desde los primeros tiempos de su creación
buscando una mayor ligereza que le permitía maniobrabilidad en el combate.
Con el tiempo los brazaletes y las protecciones de los muslos o quijotes
fueron desapareciendo. Como lanza supletoria se comenzó a utilizar una
jabalina
La coraza de bronce se sustituyó por una casaca de
lino o cuero que estaba reforzada por con piezas metálicas.
Como es natural esta colección de armas y
equipamiento militar no era barato y el equipo requería una
importante inversión, aproximadamente unas cien dracmas áticas, que se ha
estimado equivalente al salario trimestral de un obrero cualificado,
inversión que, en la Atenas del siglo V, sólo podían permitirse los
ciudadanos pertenecientes a una de las tres primeras clases censatarias.
Entre las clases acomodadas de la población
ateniense, la tercera de ellas, la de los zeugitas, formaban el grueso de
los efectivos hoplitas.
Los cuerpos auxiliares, que formaban el cuerpo
central o nervio de la falange, acompañaban a ésta multitud de soldados,
peltastas, psilites, se nutrían de las capas más desfavorecidas de la
población, incluidos los esclavos, que solían actuar como escuderos de sus
amos.
La eficacia de las falanges hoplíticas se basaba en
la solidaridad, base de su cohesión.
La ley más estricta era no abandonar a los compañeros
de filas y, por lo tanto, aguantar las posiciones.
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Hoplita griego armado
(reconstrucción) |
Esta lealtad al cuerpo se inculcaba desde pequeños a
los muchachos espartanos a través de la férrea organización de su vida
cotidiana, mientras que en Atenas se conseguía a través del agrupamiento
de los hoplitas en tribus, Así funcionaban en el seno de la falange
relaciones naturales de apoyo y ayuda mutua regidas por el parentesco, la
vecindad o la amistad.
La Guerra del Peloponeso, por su larga duración y
la complejidad de sus campañas, vuelve al viejo hoplita cada vez más
obsoleto. La Guerra del Peloponeso quizá, no fue el único factor que creó
el hundimiento del “ideal” hoplítico, pero aceleró un proceso
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