MESOPOTAMIA: HISTORIA
DE UNA INVESTIGACIÓN

LA EVOLUCIÓN DE LA
ARQUEOLOGÍA EN MESOPOTAMIA.
Los primeros a ños
del siglo XX: el conocimiento de Oriente Próximo
Los primeros añ os
del siglo XX abren lo que actualmente llamaríamos
un periodo de reflexión. Los investigadores tenían que asimilar y
reflexionar sobre los descubrimientos del siglo anterior.
No todos los
días uno se enfrentaba con elementos de tal magnitud. El Imperio Asirio
resurgía desde el desierto, mostrando una cultura dinámica y vital,
comparable a la egipcia, la griega o la romana, y desconocida. Debieron
comprender y añadir,
el descubrimiento de una de las culturas mas antiguas de la Historia, los
sumerios, junto a estos sumaron la aparición
de los hititas, los acadios, y otros nuevos pueblos que modificaban
substancialmente el panorama mundial de la Antigüedad. La investigación
arqueológica intuye que debe centrar sus investigaciones y sobre todo, su
metodología, en este momento se establecen las directrices de la actuación
arqueología posterior, dibujándose
tres tendencias claras: |

Fragmento procedente de Susa |
1. Se
toma conciencia de la extensi ón
de la investigación donde se debe actuar: el mundo asirio, babilonio y
sumerio eran inmensos, no sólo en extensión geográfica, sino también,
en influencia cultural y temporal. A este problema se aZadían
nuevas regiones fronterizas, muy complejas, como la zona sirio-palestina,
sin olvidar Anatolia e Irán.
J. de Morgan realizó excavaciones en Susa, que desde 1897, por espacio
de 75 aZos
se convirtió en una
excavación permanente, poniendo al descubierto la fabulosa capital de
Elam. Se comienzan las investigaciones en Siria, de la cual se
conocían las ruinas de Palmira y Baalbek, de época clásica.
Pero los trabajos de Oppenheim descubren la cultura Halaf (1912-13).
Las investigaciones de T.W. Lawrance y L. Woolley que descubren la
ciudad de Carquemish, abren el camino de otros grandes
descubrimientos: Schaeffer, en Ras Shamra, Parrot en Mari, Mallowan en
Tell Brak y las investigaciones del Instituto de Estudios Orientales
de Chicago en la orilla del Amuq.
2. La
segunda tendencia asimila lo descubierto en etapas anteriores y
comprende la necesidad de aplicar m étodos
de excavación más rigurosos, la necesidad de ampliar las inversiones
económicas y de equipo, así como la urgencia de establecer una
cronología precisa donde incluir las diferentes culturas y pueblos que
comenzaban a semejarse a unos actores en busca de autor.
Se inician
las excavaciones sistemáticas en Babilonia, bajo la dirección de Koldewey. Se encontró la ciudad neobabilonia, pero la de Hamurabi no
fue hallada. Se excavó Assur y se continuaron las investigaciones en
Khorsabad. Se estudió Kish, una de las ciudades sumerias más
importante. Pero el hallazgo más sonado de la
etapa fue el cementerio real de Ur, fue excavado entre 1922 y 1934 por
Woolley.
3. Se
toma conciencia de las fases prehist óricas
de estos yacimientos. Se investiga en tells de pequeñas
dimensiones como sucede con El-Obeid que da nombre a una de las etapas
básicas de desarrollo
mesopotámico y que apenas
tiene 350 m. de longitud por 7m. de altura.
En
resumen esta primera mitad del siglo XX afianzó
el método y el conocimiento de Oriente Próximo y Medio y la arqueología
comienza a definirse como ciencia y no como una técnica.
|

Estatua de mármol
de Ea (Khorsabad) |
La
segunda mitad del siglo XX.
La
Segunda Guerra Mundial produjo un descenso de las investigaciones arqueol ógicas.
Sin embargo las condiciones de las investigaciones cambian cuando se
reanudan los trabajos, aparece un factor nuevo: los estados de oriente se
independizan, primero Irak y después
Siria.
La
situaci ón
en palabras de Margueron es la siguiente:
".....
a) Las
nuevas circunstancias ligadas a las pol íticas
de desarrollo.
Después de un reinicio un poco lento, como consecuencia de
la reorganización de estructuras, pronto se vio que la asunción de
responsabilidades de la investigación arqueológica por parte de los
Servicios de Antigüedades de los países afectados no retrasaba para nada
las operaciones de campo, por el contrario, parece que las nuevas
situaciones confirieron mayor estímulo: además,
el cuidado por adecuar los emplazamientos, a fin de impulsar el turismo,
ha favorecido, a veces, el estudio de algunos centros de los que Babilonia
puede ser un ejemplo.
Se
apreciará también que la
historia política de la región, bastante agitada, no ha representado un
papel demasiado negativo en este aspecto, en tanto que la voluntad
política de los dirigentes por acelerar el desarrollo económico ha dado
como resultado, frecuentemente, el favorecer la investigación
arqueológica: efectivamente, era totalmente necesario obtener el máximo de
información posible antes de la desaparición de un emplazamiento, o de una
zona, bajo las aguas de un lago artificial o en una nivelación general
para el establecimiento de un regadío.
Esta
necesidad de implantar políticas
arqueológicas de salvación ha tenido, sin embargo, consecuencias a veces
contradictorias. Si bien es cierto que ha habido, con frecuencia, una
verdadera voluntad por parte de los gobiernos de salvar el máximo de
emplazamientos condenados, haciendo llamamientos a la ayuda internacional,
también lo es que no ha habido siempre la coordinación necesaria que
hubiera sido precisa para permitir realizar sondeos sistemáticos y decidir
en consecuencia dónde convenía realizar los mayores esfuerzos de
excavaciones. También es cierto que el carácter aparentemente desordenado
de algunas actuaciones ha sido compensado en gran parte por su
concentración sobre una zona. Además, gracias a la intensidad y a la
brevedad de las operaciones, hechos importantes que habían pasado
desapercibidos hasta entonces se impusieron con tal fuerza que obligaron a
una revisión de ideas que parecían estar sólidamente establecidas, incluso
aunque la enorme masa de informa con rapidez. Y si, como en toda campaña
de salvamento arqueológico, no
es posible realizar verificaciones a posteriori, ocurre que se
originan nuevos problemas y que la actividad arqueológica, desde ese
momento se desarrolla sobre unas bases renovadas.

Localización del Lago
Tabqa (area A)
y el Valle del Balikh
(area B)
(Oriental Institute,
University of Chicago)
AMPLIAR MAPA |
Querer realizar aquí un
inventario de todas estas actuaciones es un imposible. La Campaña
para la salvación de las
antigüedades del Éufrates nos
permitirá evaluar la importancia de esta labor. Esta campaña
(1965-1975) nació a partir de
la decisión tomada por el Gobierno sirio de crear, mediante la
construcción de una presa en Tabqa, aguas arriba de Raqqa, un embalse de
un centenar de kilómetros de longitud en la curva del Éufrates; de
esta manera desaparecería bajo las aguas una región arqueológicamente
virgen de toda investigación y sin embargo, con certeza, de gran
interés, ya que se encontraba en el extremo de un gran eje económico
capital -el río- y formaba la conjunción entre la navegación fluvial y
el comercio caravanero que surcaba las rutas de Siria. |
Es
bastante raro que los arqueólogos no hubieran mostrado, hasta el
llamamiento hecho por el Servicio de Antigüedades de Siria, algún interés
por un sector clave de la antigüedad en la historia de las comunicaciones
y de la vida económica, pues ellos mismos utilizaban esas vías al
dirigirse a Mesopotamia. Hacia 1967 comenzaron las excavaciones, a un
ritmo bastante lento al principio, pero que fue acelerándose regularmente
hasta el cierre de la presa en julio de 1973, lo que fue seguido en 1974 y
1975 por la inmersión
total del valle.
El interés
de los descubrimientos realizados en este período puede medirse por el
hecho de que, pasada una docena de aZos,
las investigaciones continúan
en las orillas mismas del embalse. Los principales descubrimientos
relativos a la época preclásica afectan, en principio, a los orígenes del
Neolítico oriental, excavaciones de Mureybet y Sheikh Hassan (J. Cauvin) y
Abu Hureyra (Th. Moore), seguidamente a la revelación inesperada de la
existencia de instalaciones de primera magnitud de la época de Uruk en
tell Qannas (A. Finet), Habuba Kabira (E. Strommenger), Djebel Aruda (G.
van Driel) y Sheikh Hassan (J. Boesse). Respecto a la Edad del Bronce,
aunque el paso del Bron-ce Antiguo al Bronce Medio está bien representado
en Salenkaiyhé (M. van Loon), es, sobre todo, el final del Bronce Medio y
el Bronce Reciente los que aportan la imagen de una región particularmente
floreciente, con Emar (J. Margueron), Mumbaqat (W. Orthmann y después D.
Maschule), Halawa (W. Orthmann), tell Fray (A. Bounni, R. Matthiae) y
Hadidi (R. Domemann). Estos tres períodos clave han logrado que se
considere toda la importancia de esta región en el transcurso de la antigüedad;
ellos han revelado el encuentro de pueblos y culturas concurrentes en un
punto crucial de los intercambios comerciales.
La
segunda campaña
de salvamento, con una cierta envergadura, se sitúa
en Irak, en el valle del Hamrin, en el extremo del Diyala. Allí, también
fue necesario proceder con toda urgencia a una serie de excavaciones en
razón a la creación de otro embalse; entre 1977 y 1980, una docena de
emplazamientos fueron excavados por misiones iraquíes y extranjeras; aquí,
fueron las épocas de Halaf, de Obeid y del Dinástico Arcaico las que
surgieron mejor conocidas en esta operación,
cuyos resultados íntegros no
han sido publicados todavía.
Otras campañas
del mismo género acaban de
terminarse, o están llevándose a cabo, en el Tigris (presa de Eski-Mosul)
o en el Éufrates (región de Haditha); en Siria, el valle del Khabur es
objeto en la actualidad de investigaciones impulsadas por una sumersión
prevista próximamente. |

Piezas procedentes de Tell Agrab, Diyala, Oriental Institute,
University of Chicago |
En todas
estas actuaciones, de manera bastante tradicional, se ha puesto el acento
sobre los tells mismos, y la urgencia no permit ía
ocuparse de las zonas situadas entre ellos. Sería necesario, no obstante,
realizar un muestreo sistemático en los casos de salvamento: el estudio de
la región de Mari estaba en marcha, teniendo como objetivo el establecer
el mapa de emplazamientos y de los antiguos canales, cuando las
autoridades sirias tomaron la decisión de nivelar el valle con las miras
de implantar un mejor sistema de regadío; toda señal
de antigua actividad corría
peligro de desaparecer, igual que las alturas muy pequeñas,
representativas de poblamientos que sólo
habían servido como tal un tiempo pequeño,
y las zonas en desmonte que, con frecuencia, representan restos de
canalizaciones. Se dio prioridad a que el equipo geomorfológico
y arqueológico situado en este emplazamiento se introdujese en el estudio
de la región amenazada, salvando de esta manera una información esencial
para comprender mejor el reino de Mari y la historia de la región.
Hay que lamentar que tales operaciones no se hayan realizado en otras
zonas que han conocido las mismas circunstancias.
Es todav ía
demasiado pronto para sacar todas las consecuencias de las actividades,
verdaderamente características de esta fase de la investigación: muy
limitadas topográficamente, pero, a menudo, muy fecundas desde el punto de
vista de la historia, han reforzado la noción, con amplio futuro, de
arqueología regional
que los americanos del instituto
Oriental de Chicago habían ya definido en sus operaciones en el Amuq y en
el Diyala antes de la última
guerra.
b)
Continuaci ón de la exploración
de emplazamientos.
Junto a
las investigaciones de car ácter
regional se ha continuado excavando los tells de manera individual y hay
que resaltar que buen número de ellos, que ya habían dado desde antes de
1939 resultados de primera categoría, están aún
en actividad.
En Siria
est á, por ejemplo, Ras Shamra
(C. Schaeffer, H. de Contenson, J. Margueron, M. Yon), Mari (A. Parrot, J.
Margueron) y de nuevo, tell Brak (D. y J. Oates); en Irak, si bien Nimrud
no ha tenido sino una actividad momentánea (M. E. Mallowan), Uruk (H.
Lenzen, J. Schmidt, R. M. Boehmer) o Nippur (Mcguire Gibson) permanecen
como lugares privilegiados de investigación, a pesar del carácter
irregular de su explotación
como consecuencia de las crisis internacionales u otras dificultades.
Se han
emprendido nuevos caminos, a menudo prontamente abandonados, a pesar de
resultados esperanzadores; as í,
por ejemplo, las excavaciones de tell al-Rimah (D. Oates), o el-Hibba (D.
Hansen); en otros casos hay perspectivas de larga duración, en Irak las
excavaciones de tell ed-Der (L. de Meyer y H. Gasche) desde 1970, o Larsa
(A. Parrot, J. Margueron, J. L. Huot); en Siria, tell Chuera (A. Moortgat,
W. Orthmann), Ebla (P. Matthiae), Dur Katlimu (H. Küh-ne),
Terqa (G. Buccellati), tell Leilan (H. Weiss), tell Bi'a (E. Strom-menger),
Hamman al Turkman (M. van Loon y D. Meijer), Mohammed Diab (J. M. Durand)
y tell Mozan (G. Buccellati).

Situación de
Tell Brak, Learning Sites |
Pero una de las
características principales de las excavaciones llevadas a cabo en el
transcurso de este último período es la de que el objetivo mismo de la
exploración ha cambiado totalmente: la encuesta arqueológica busca ahora,
mucho más que en el pasado, el responder al interrogante histórico.
Puede
encontrarse una confirmación de esta nueva concepción en gran número de
prácticas recientes: |
|
-
La
elección del lugar no se hace
ya a partir de sus dimensiones, sino porque los muestreos preliminares han
determinado que hay probabilidades de proporcionar la solución a un
problema determinado; la decisión tomada por J. Cauvin de excavar el-Kown,
corresponde, entre otras causas, a la pretensión de comprender el proceso
de neolitización
en medio árido y J. Oates, en
Choga Mami, quería definir los modos de vida de una aldea de la época de
Halaf en la zona de las estribaciones de los Zagros. Ha sido la imperiosa
necesidad de estudiar la época
de Obeid en la Mesopotamia meridional lo que ha llevado a j. L. Huot a
explotar tell el-Ueili, junto a Larsa.
-
Las
investigaciones se han concentrado frecuentemente en regiones en las que
se aprecia que han tenido una importancia que durante mucho tiempo ha sido
subestimada; es el caso del Alto Khabur, zona fundamental del piedemonte,
donde desde hace una decena de años
se reúnen las expediciones, ya
que, además de Brak y Leilan ya mencionados, se encuentran ahora allí,
las expediciones de tell Barri (Pecorella), de tell Mozan y Mohammed Diab.
-
La
multiplicación de los
muestreos en superficie pone de manifiesto la preocupación por una visión
más amplia que en el pasado. Las formas adoptadas por estas operaciones
son diversas. Puede tratarse de surveys con la fórmula clásica que
se satisface con catalogar los emplazamientos de una determinada región y
recogida de restos situados en la superficie; lo más normal es que este
survey desemboque en la elección de un emplazamiento, pero también puede
ser que constituya un objetivo en sí
mismo.
R. Adams
ha estudiado de esta manera la región
del Diyala a fin de conocer su historia; posteriormente, con H. Nissen ha
realizado un trabajo similar en la región de Uruk. En otros casos, un
equipo multidisciplinar ha llevado a cabo idéntico tipo de proyecto
multiplicando las fuentes de información, así, el geomorfólogo,
el edafólogo, el geólogo
especializado en el Cuaternario y el historiador del Neolítico han peinado
meticulosamente el pequeño
valle del Sajour (Siria) bajo la dirección
de P. Sanlaville. Por último, digamos que el estudio regional está,
con frecuencia, ligado a la existencia de un centro urbano y se trata,
como en Mari o en Dur Katlimu, de estudiar las relaciones entre la ciudad
y su territorio.
Esta
estrecha colaboración entre
diferentes disciplinas que se asocian para proporcionar una imagen lo más
completa posible de la realidad antigua, y que marca la renovación de los
métodos utiliza dos, se encuentra en todas las formas de investigación.
Naturalmente que esto no es una particularidad propia de la arqueología de
Oriente, pero ciertamente, tampoco hay ningún retraso en su adopción.
Sobre los propios yacimientos se encuentran, además de los arqueólogos,
epigrafistas, arquitectos, y dibujantes que, ya desde principios de siglo
formaban los cuadros asesores, geomorfólogos,
edafólogos, botánicos, palinólogos,
paleozoólogos,
osteólogos y todos aquellos a
los que se puede colocar en la categoría de arqueómetras
puesto que utilizan métodos
científicos para conocer o
datar el pasado. |

Reconstrucción de Tell Brak,
Learning Sites
|
Esta
manera de llevar la encuesta arqueol ógica
en Oriente no es un fin en sí misma, es sólo una etapa. No hay duda de que
otras formas de investigación serán puestas al día próximamente: la
arqueología es una ciencia que evoluciona deprisa. Los resultados
obtenidos estos últimos años
justifican totalmente esta mudanza y deben permitir esperar mucho de las
investigaciones del futuro. ..." (MARGERON, 1996. 47-53). |