"..... Primera
tablilla. Tras
un corto preámbulo, que viene a equivaler a una introducción, y en el que
se realiza con pequeños toques una descripción de Gilgamesh, rey de Uruk,
«dos tercios dios y un tercio hombre», el
Poema
comienza con las quejas de las gentes de dicha ciudad
por la tiranía que sobre ella ejercía el rey.
Estos lamentos son recogidos por
Anu, el cual se dirige a la diosa Aruru, que había creado a
Gilgamesh, instándola a formar un ser parecido (un doble) para
que le hiciera frente y así hubiese paz entre las familias de
Uruk.
Aruru crea, a partir de la arcilla, que
amasa y moldea en la estepa, un salvaje, Enkidu, que vive con
los animales y que iguala en fuerza a Gilgamesh.
Este hombre salvaje protegía a los animales
y no permitía a los cazadores preparar sus trampas contra ellos.
Un día Enkidu destruye las trampas de un cazador, el cual se
queja a su padre y más tarde al propio Gilgamesh.
Al enterarse el rey de Uruk de la
existencia de aquel ser salvaje ordenó que le fuera enviada una
hieródula a fin de que le hiciera experimentar unos placeres
todavía no conocidos por Enkidu y de esta manera, su-jeto a las
artes amatorias de aquella mujer, hacerle venir a Uruk.
Cuando Enkidu, que había ido a beber junto
con los animales a una de las fuentes, vio a la hieródula de
inmediato quedó prendado de ella y derrotado por la lujuria se
unió a la mujer.
En el momento en que Enkidu quiso volver
otra vez con sus animales, éstos huyeron de él. La hieródula le
explicó que en su cuerpo y alma se habían operado un profundo
cambio; le habló también de la existencia, poder y gloria de
Gilgamesh, proponiéndole probar sus fuerzas con las del rey de
Uruk. |
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Representación de Gilgamesh |
Enkidu
acepta la proposición y decide marchar al encuentro de Gilgamesh. Este,
por otro lado, queda prevenido de esta circunstancia gracias a dos sueños
que le son interpretados por su propia madre, la diosa Ninsun. Ambos
sueños representaban a Enkidu, el salvaje, que estaba destinado a no ser
su rival sino su amigo.
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Segunda tablilla. Esta tablilla
presenta ciertas lagunas textuales, motivo por el que algunos pasajes son
confusos. En ella, tras la interpretación de los sueños, se narra la
adaptación de Enkidu a la vida urbana; esto es, a la civilización.
Decide
encaminarse, acompañado por la hieródula, a Uruk, y en el trayecto un
hombre, tal vez un labrador, invitado a una boda, le revela la condición
real del ser humano, que no es otra que la de ganarse el alimento en medio
de fatigas sin cuento. Al propio tiempo, le cuenta la actitud tiránica de
Gilgamesh contra su pueblo (excesivas corveas, luchas continuas, derecho
de pernada).

Bajorrelieve que representa a la diosa Inanna |
Enkidu queda impresionado, y en lo más
hondo de su corazón desea enfrentarse a Gilgamesh para poner coto a
sus desmanes.
Continúa, pues, su marcha, entrando
finalmente en la ciudad de Uruk, cuyos habitantes lo examinan con toda
curiosidad.
Se produce el combate entre Gilgamesh y
Enkidu, empleándose ambos héroes a fondo. Gilgamesh, a pesar de su
fuerza y tamaño colosales, queda en desventaja; pero Enkidu, en vez de
aprovechar su superioridad, opta por expresar a su rival la admiración
que ha sentido por su valor. La amistad nace entre ellos en ese mismo
instante. |
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