¿QUE
SABEMOS DE LOS GERMANOS POR LAS FUENTES CLÁSICAS?
El saqueo de Roma por Alarico (410):
"... De esta manera (refugiándose en las
iglesias de Roma) salvaron sus vidas muchos de los que ahora infaman y
murmuran de los tiempos cristianos, culpando a Cristo de los trabajos y
penalidades que Roma sufrió y no atribuyen a este gran Dios el enorme
beneficio de haber visto sus vidas a salvo por el respeto que infunde su
santo nombre.
Por el contrario cada cual hace depender
este feliz suceso de la influencia del hado, cuando, si lo
reflexionasen, deberían atribuir las molestias y penalidades que
sufrieron por la mano vengadora de sus enemigos a los arcanos y sabias
disposiciones de la providencia divina, que acostumbra a corregir y
aniquilar con los funestos efectos que presagia una guerra cruel, los
vicios y las costumbres corruptas de los hombres. Deberían
también los vanos impugnadores atribuir a los tiempos en que florecía el
dogma católico, la gracia de haberles hecho merced de sus vidas los
bárbaros, en contra de los que es usual en las guerras, sin más respeto
que por iniciar su sumisión y reverencia a Jesucristo, otorgándoles este
favor en todos los lugares, y particularmente si se refugiaban en los
templos..."
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Roma invadida por Alarico
Paris, Bibl. Nat., Fr. 22, f. 8 v. |
SAN AGUSTIN, "De civitate Dei", Libri XXII, p. 14-15.,
Los bárbaros:
"... Van a buscar sin duda entre los Bárbaros la
humanidad de los Romanos porque no pueden soportar más entre romanos una
inhumanidad propia de Bárbaros. Son diferentes de los pueblos en los que
se refugian. No tienen ni sus costumbres, ni su lengua ni, si se me
permite decirlo, el fétido olor de los cuerpos y vestiduras bárbaros.
Prefieren sin embargo plegarse a esta diversidad de costumbres antes que
sufrir injusticia y crueldades entre los romanos.
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Emigran, pues hacia
los Godos o hacia los Bagaudas, o hacia los otros Bárbaros, que dominan
por todas partes, y nunca se arrepienten de este exilio. Porque
prefieren vivir libres bajo apariencia de esclavitud, mejor que ser
esclavos bajo una aspecto de libertad. Sólo hay un deseo común entre los
romanos: no verse nunca obligados a volver bajo la ley romana; sólo hay
una exclamación común a toda la muchedumbre romana: continuar viviendo
con los bárbaros... " |
SALVIANO, "De Gubernatione Dei",
IV y V, M.G.H., A.A.I, Berlín, (2ª), 1961, p. 108 y 113.
La batalla de los Campos
Catalúnicos:
"... De la parte romana, Teodorico y sus visigodos
ocupan el ala derecha; Aecio y los romanos, el ala izquierda. Habían
colocado en el centro a Sangíbano, rey de los alanos En cuanto
al ejército de los hunos, fue alineado en batalla en orden contrario al
de los romanos: Atila se colocó en el centro con los más valientes entre
los suyos
Los pueblos numerosos, las naciones
que habían sometido a su dominación, formaban sus alas. Entre ellos
se hacía notar el ejército de los ostrogodos, mandados por Valamiro, Teodomiro y Videmiro, tres hermanos
que sobrepasaban en nobleza al propio rey, a las órdenes del cual
marchaban entonces, porque pertenecían a la ilustre y poderosa raza de
los ámalos. También se veía allí, a la cabeza de una tropa numerosa de
gépidos, a Ardarico, su rey, tan valiente y tan famoso, cuya grande
fidelidad lo hacía admitir por Atila a sus consejos. |
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La muchedumbre de los otros reyes y los
jefes de las diversas naciones, parecidos a satélites, espiaban los
menores movimientos de Atila, y en
cuanto él les hacía un signo con la mirada, cada uno, en silencio, con
temor y temblando, venía a colocarse delante de él, o bien ejecutaba las
órdenes que de él había recibido. Sin embargo, el rey de todos los
reyes, Atila, velaba sobre todos y por todos..."
JORNANDES, "Histoire des Goths",
p. 267-268, ed. M.A. Savagner, París, s.a. Recogido por E. Mitre y A.
Lozano, "Análisis y comentarios de Textos Históricos". I. Edad Antigua y
Media, Madrid, 1978, p. 140.
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