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UNA APROXIMACIÓN A LA REALIDAD DE MESOPOTAMIA, DESDE EL ESPACIO Y EL TIEMPO Mesopotamia en sentido estricto se aplica al espacio de la cuenca hidrográfica de los ríos Tigris y Eúfrates cuando dejan las montañas que los vieron nacer. Pero es un término muy amplio. Hay que apuntar que Mesopotamia no es un término que define la misma realidad en todos lo momentos históricos.
Aunque el marco físico de Mesopotamia es muy diversificado, el clima también es un factor de diferenciación de las unidades regionales que forman el mundo mesopotámico y es un elemento que distingue estas regiones. En general las cuencas hidrográficas del Tigris y el Eúfrates pertenecen a la gran diagonal árida que se puede trazar en el Hemisferio Norte desde el desierto del Sahara hasta Oriente Próximo. En este mundo desértico, el mar Mediterráneo y, en menor medida, el Golfo Pérsico, modifican las condiciones climáticas, incluso la presencia de cadenas montañosas introducen otros factores climáticos. La barrera montañosa que discurre paralela al Mediterráneo provoca lluvias importantes en la vertiente montañosa costera, pero la vertiente interior de las montañas goza de un magnífico clima árido.
El sistema de lluvias y el deshielo de los dos grandes ríos ayudó, en gran medida, a los primeros habitantes a asentase en las cuencas y a alejarse de las montañas cuyas precipitaciones disminuyen hacia el norte y hacia el este, por ejemplo en Beirut llueve unos 950 mm, en Damasco situada a unos 100 Km., al este , aislada por la cadena montañosa del Líbano, apenas se registran unos 200 mm. En la llanura del Khabur se produce una disminución, en menos de 40 Km, de 450 mm al pie del Tauro a 277 mm en Hassaké. En cifras globales, en el conjunto de la cuenca no se recogen mas de 200 mm y en la zona desértica la cantidad no supera los 100 mm en los años mas generosos. La diversidad climática dio origen a diversos modos de vida: La montaña, en el límite del arco de la cuenca, unas tierras bien regadas, ricas y fértiles, fue lugar favorito de los agricultores. La meseta, con pozos y fuentes escasas, que se degrada hacia la aridez según se avanza hacia el sur, fue el hogar de los nómadas, ganaderos. Hacia el oeste, la estepa se transforma en desierto, pero al este de este desierto, los aportes de agua, los aluviones de los grandes ríos permitieron el nacimiento de agricultura y de civilización urbana. El marco físico que ofrece Mesopotamia es importante en el nacimiento de la cultura urbana, pero no estamos seguros si los rasgos morfológicos han cambiado sustancialmente desde la antigüedad. El relieve, en general, no parece haber sufrido modificaciones sustanciales, las montañas, mesetas y llanuras están donde estaban hace unos 8000 años, sin embargo, elementos como las terrazas de los ríos que han sufrido una fuerte actuación antrópica si se modificaron. La llanura aluvial de el delta ha sufrido variaciones por el cambio del curso de los ríos. Se conoce, por ejemplo, que el Eúfrates se desplazó hacia el oeste en el siglo pasado.
La cobertura vegetal se ha degradado haciendo desaparecer los árboles, por la acción antrópica, por la necesidad de madera, tanto para la calefacción como para la construcción de sus viviendas, y por la práctica del pastoreo. En la zona esteparia, desaparecieron depósitos naturales de agua para quedar secos, a causa de a desaparición de la cobertura vegetal y la transformación de los suelos que influyeron sobre la desecación de la capa fréatica.
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