Nedstat Basic - Free web site statistics

 

MESOPOTAMIA: HISTORIA DE UNA INVESTIGACIÓN

 

El principio las inscripciones cuneiformes

Las primeras inscripciones cuneiformes estaban formadas por pictogramas. El paso siguiente fue realizar líneas rectas en la arcilla con un punzón. Se inventaron un punzón afilado  para realizar las inscripciones y, poco a poco los  pictogramas se fueron convirtiendo en los signos esquemáticos de los caracteres cuneiformes, que se fueron estilizando cada vez más, de forma que apenas recordaban el perfil inicial de aquellos pictogramas de donde surgieron.

Al principio cada signo representaba una palabra. Pero como había palabras que no se podían expresar por medio de un pictograma, se representaron con una imagen de otros objetos que los recordaban y  ciertos símbolos representaban más de una palabra.

Las palabras del sumerio fueron en su mayoría monosilábicas, desde los primeros momentos los signos se emplearon como meras sílabas, sin tener en cuenta su significado original.

Los símbolos que tenían más de una lectura, como palabras y como ideogramas, también adquirieron el valor de sílabas. Por eso, con tantas lecturas fueron polisémicos, o polífonos. Junto a esto hay que tener en cuenta que el sumerio es un idioma con bastantes palabras de sonido parecido o igual, es decir, había muchos símbolos homónimos.

Una vez desarrollado completamente, el sistema cuneiforme poseía más de 600 signos. Casi la mitad se emplearon como ideogramas o como sílabas, los restantes sólo fueron ideogramas. Algunos signos sirvieron como determinantes, conocidos por determinativos, que indicaban la clase a la que pertenecía la palabra (del tipo hombre, árbol, piedra). A lo largo de su existencia, el sistema era una mezcla de ideogramas y sílabas.

Relación de signos cuneiformes, The Sumerians, Kramer, 1963

Cuando se aplicaba a una lengua diferente, los ideogramas se podían emplear, porque se entendían al representar objetos. Con el tiempo se tendió a simplificar la escritura y a reducir el número de signos, sobre todo los polisémicos o polifónicos, para evitar la ambigüedad, con lo que se daba el primer paso para establecer el alfabeto, en el que cada signo representaba un sonido, cosa que nunca había ocurrido en el sistema cuneiforme; este estadio sólo lo consiguieron las escrituras ugra y persa antigua.

EL DESCIFRAMIENTO

Los primeros textos que llegaron  fueron unos ladrillos inscritos que Pietro della Valle había traído de un viaje a Irak, de procedencia imprecisa, aunque debieron ser hallados seguramente en Babilonia y en Ur,  y  copias de inscripciones procedentes de Persépolis. A partir del siglo XVIII los documentos inscritos e inscripciones monumentales reproducidas, llaman la atención de varios eruditos y  comienzan a hacer algunos progresos, aunque a un ritmo muy lento.

Procedimiento de escritura cuneiforme

Nadie sospechó el significado de las cuñas cuando los primeros viajeros descubrieron unas ruinas con extraños signos, especialmente en las ruinas de la ciudad de Persépolis que estuvo en lo que hoy es Irán.

Pietro della Valle, era un  viajero italiano, en el año 1621 dio cuenta de la existencia de una inscripción de 413 líneas que había en la pared de una montaña, en Behistun, al oeste de Persia y copió algunos signos.

En 1674 un mercader francés llamado Jean Chardin publicó grupos completos de caracteres cuneiformes y se dio cuenta de que las inscripciones aparecían siempre en series de tres, en una estructura de formas paralelas.

El primer progreso real hacia el desciframiento de la roca de Behistun lo realizó Carsten Niebuhr, un alemán que formaba parte de una expedición científica danesa a Oriente Próximo entre 1761 y 1767. Tuvo el acierto de pensar que la triple inscripción tenía que ser un único texto  escrito en tres tipos distintos de lenguas, aunque desconocidas en 1777 publicó la primera copia correcta de la inscripción de Behistun.

 

Aquella gran inscripción trilingüe de Darío I de Persia estaba escrita en caracteres cuneiformes en tres idiomas: persa, elamita (antes llamado lengua de Susa) y babilonio. Esos sistemas de escritura fueron los que emplearon los reyes de Persia de la dinastía Aqueménida para conseguir que sus normas legales fueran conocidas por las tres naciones que dominaban.

LA ROCA DE BEHISTUN

La escritura del persa en caracteres cuneiformes fue la primera que se descifró. Los investigadores alemanes Oluf Gerhard Tychsen y Georg Friedrich Grotenfend y el filólogo danés Rasmus Christian Rask identificaron algunos signos. Casi todo el sistema fue descifrado por el orientalista francés Eugéne Burnouf; por otro lado, el británico Henry Creswicke Rawlinson, especialista en Asiria, interpretó el texto que había copiado el mismo de la montaña de Behistun y publicó sus resultados en 1846. Se consiguió descifrar antes la escritura cuneiforme persa por el conocimiento que se tenía de la lengua india pahlevi.

  • El sistema persa es el más sencillo y reciente de las escrituras cuneiformes. Está formado por 36 caracteres que son casi alfabéticos, aunque algunos signos se usaron con valor silábico. Y consta de una palabra que sirve para dividir. Su empleo se fija entre los años 550 a.C. al 330 a.C. El texto más antiguo podría ser una inscripción de Ciro el Grande en Pasargada y la más reciente una de Artajerjes en Persépolis (358 a.C. al 338 a.C.).

  • La escritura elamita en caracteres cuneiformes suele recibir el nombre de segunda forma, porque aparece en segundo lugar en las inscripciones trilingües de los reyes aqueménidas. El primer intento de descifrarla lo realizó el orientalista danés Neils Ludvig Westergaard en 1844. Ayudó a su interpretación la circunstancia  que estuviera repetida palabra a palabra en las inscripciones trilingües, porque no sirvió de ayuda ninguna lengua conocida, moderna ni muerta. Contiene 96 signos silábicos, 16 ideogramas y 5 determinativos. Los caracteres del elamita están bastante claros, aunque haya dudas en el caso de unas cuantas palabras.

  • La versión babilónica del texto de Behistun se descifró gracias al trabajo conjunto del orientalista francés Jules Opert, el orientalista irlandés Edward Hincks, el arqueólogo francés L. Frééderick Joseph Caignart de Saulcy y Rawlinson. La lengua escrita bajo este tercer sistema cuneiforme presentó una gran similitud con los dialectos semíticos que eran ya muy conocidos, hecho decisivo a la hora de descifrarla.

  • Las inscripciones de Behistun fueron la primera pista, pero se sabe que el babilonio empleó escritura cuneiforme 2.000 años antes de que se grabara la piedra de Behistun.

    Se han encontrado muchos testimonios muy antiguos bajo escritura cuneiforme en Babilonia, Nínive y otros lugares cerca de los ríos Tigris y Éufrates. Se grababa en sellos, cilindros, piedras, obeliscos, estatuas y en las paredes de los palacios.

    Han aparecido muchas tablillas de cerámica, algunas de 22 centímetros de largo por 15 de ancho y otras son mucho más pequeñas, de unos dos centímetros y medio. A menudo su escritura es muy pequeña. En algunas tablillas hay seis líneas en el espacio de dos centímetros, por lo que hay que leerlas con lupa.

    La prueba definitiva de que los primeros signos fueron pictogramas no se tuvo hasta que se encontraron las primeras inscripciones. El alemán Friedrich Delitzch sostuvo en 1897 un punto de vista contrario, al mantener que los pictogramas surgieron a partir de un número relativamente pequeño de signos básicos.

    La roca de Behistum

    Las combinaciones de estos signos, según Delitzch, dieron lugar, con el paso del tiempo, a cientos de signos cuneiformes. Esta teoría ha recibido un cierto apoyo, aunque otros investigadores se inclinaron por el origen pictográfico de los signos cuneiformes. El orientalista estadounidense George Aaron Bartonin lo demostró en 1913 en su obra Origen y desarrollo de la escritura babilónica, que presentaba una colección de 288 pictogramas pertenecientes a las inscripciones cuneiformes más tempranas y fijaba su evolución.

    Tablilla cuneiforme, Uruk

    Según Bartonin, los primeros signos se dibujaron siguiendo el cuerpo humano y sus partes; luego mamíferos, pájaros, insectos, peces, árboles, estrellas y nubes, tierra, agua, construcciones, barcos, mobiliario, utensilios domésticos, fuego, armas, ropas, objetos de culto, mallas, redes, cacharros e instrumentos musicales. Las excavaciones realizadas por los arqueólogos alemanes, que se llevaron a cabo desde 1928 hasta 1931 en Uruk, que hoy es Warka, en Irak, proporcionaron los ejemplos más antiguos que se conocen y se trataban de unas tablillas de arcilla que tenían inscritos unos pictogramas.

    La trascripción de la escritura cuneiforme ha contribuido en gran medida al conocimiento que hoy se posee sobre Asiria, Babilonia y el antiguo Oriente Próximo. El Código de Hammurabi, con sus caracteres cuneiformes, es uno de los monumentos más importantes que nos ha dejado la antigüedad precristiana. Las inscripciones que se descubrieron en 1929, gracias a las excavaciones francesas en Ras Shamra al norte de Siria, han demostrado que sus caracteres cuneiformes correspondían a un alfabeto consonántico. Se cree que se usó entre el 1400 a.C. y el 1200 a.C. La mitología escrita en este alfabeto conocido por el Ras Shamra, ha arrojado luz sobre la vida religiosa de la antigua Siria y ha obligado a reinterpretar ciertos aspectos de la Biblia.

    Nedstat Basic - Free web site statistics

    IR AL íNDICE