Junto al montículo principal se
encontraron otros seis montículos de menores dimensiones. Es posible
que los centros de referencia se trasladaran a lo largo del
transcurso del tiempo por el capricho y las dimensiones del lago que
se formaba en depresión en la que se situó la ciudad.
FASE INICIAL DE LAS
EXCAVACIONES.
Los primeros trabajos fueron realizados
por J. E. Thompson en nombre del Museo Británico en el año
1854. Se realizan en el marco de la corriente de la época buscando
objetos preciosos y espectaculares con los que llenar las salas de
los recientes museos europeos. La excavación de Eridu proporcionó
mucos ladrillos de adobe.
Las técnicas de excavación y
consolidación de muros de adobe no se habían perfeccionado a
mediados del siglo XIX, por lo que Thompson aplicó el método
mas común: abrir un tune en le muro de adobe para buscar
tesoros escondidos, la pieza más importante fue una estatua
que representaba a un león, en granito negro, que se
abandonó en la excavación por su difícil transporte.
A comienzos del siglo XX,
Campbell Thompson (1918) y H. R. Hall (1919),
volvieron a excavar en Abu Shahrein, pero sin resultados. A
finales de 1945 la administración iraquí recién creada
eligió Abu Shahrein como lugar par su primera gran
excavación permanente y a gran escala. |

Cuenco pintado, 4000-3500 a.C. (T65-12), Eridu. |
La dirección en 1946 estaba al
mando del iraquí Faud Safar, en la dirección de campo y con Seton
Lloyd como asesor técnico.
En la primera fase de la investigación
se realizó un excavación en extensión para averiguar las dimensiones
del yacimiento, y se comenzó a investigar la parte mas elevada
del tell en el cual se apreciaba indicios de una estructura
importante, una posible construcción elevada semejante al zigurat de
Ur.

Figura
de bronce fundacional del rey Ur-Nammu, procedente
de Nipur. Instituto oriental de Chicago |
La asignación cronológica se realizó
gracias a la aparición de una serie de ladrillos inscritos con
los nombres de Ur-Nammmu y Amar-Sin, gobernantes pertenecientes
a la III dinastía de Ur, siglo XIX a.C., sin embargo el edificio
era más antiguo, dado que bajo los ladrillos de la III D. de Ur,
aparecían restos de una edificación anterior, que llevó su
datación a UBAID1
TARDÍO (aprox. 3800 a.C.). Las sorpresas no terminaron
aquí, bajo las capas del UBAID TARDÍO, aparecieron nuevos
niveles de ocupación anteriores: dieciocho niveles anteriores.
El inferior en la duna limpia, con la edificación más antigua.
La primera edificación era una pequeña
capilla de apenas tres metros cuadrados, donde se encontró un
pequeño pedestal que daba paso a un nicho.
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La cronología de esta capilla se
estableció en 4900 a.C. o periodo UBAID I. Las siguientes
capas se construyeron en adobe, teniendo en cuenta que las
viviendas asociadas se construyeron en caña.
También se excavaron los emplazamientos
secundarios, se descubrió la zona de habitación y un cementerio.
La cerámica del quinto mileno es importante, se encontraron
piezas de Samarra y Halaf y de Ubaid y Hajji Muhammad. Los
motivos decorativos de esta cerámica varían desde puntos y
trazos, a decoraciones geométricas que reproducen figuras de
humanos y animales.
Las formas son diversas: jarras,
platos, cuencos, contenedores grandes y pequeños, copas,
tazas finas y utensilios groseros de cocina.
Las piezas de alta calidad fueron
realizadas por artesanos especializados en diferentes centros de
producción. Las localizadas en Eridu son de fabricación local.
Otro de los elementos puestos a
descubierto por las excavaciones , exactamente en la segunda
temporada, entre 1947-1948, fue el cementerio, que se
encontraba junto al último asentamiento del periodo USAID y era
contemporáneo al nivel VI del templo, al que se asignó una
cronología entorno al año 3800 a.C.
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Formas
cerámicas procedentes del Cementerio de Eridu |
Se encontraron entre 800 y 1000
cuerpos, escasos si se compara con otros, como el de Susa, del mismo
periodo. Sólo unas 193 tumbas fueron excavadas, los demás cuerpos
fueron depositados en fosas simples o en una especie de cajas de
ladrillo sin fondo.
Se colocaron los cadáveres tendidos
sobre la espalda, con los brazos a los lados o cruzados sobre la
pelvis. Una vez depositados la tumba se colmataba de tierra hasta la
parte superior de las paredes y se sellaba con una o varias capas de
ladrillos.
A veces se reutilizaba la tumba
apartando los restos de cuerpos anteriores para introducir otro
enterramiento. Nunca se encontraron más de dos cadáveres de personas
adultas en la misma fosa, y si aparecía un tercero siempre era un
niño.
Una vez dispuesto el cadáver en la
tumba se depositaba el ajuar funerario que se componía de un
jarrón, un plato y un vaso. A veces se incluían alimentos, incluso
animales en el relleno de la tumba.
Una de las tumbas contenía el cadáver
de un varón de unos quince años que había sido enterrado con un
perro, que se recostaba junto al adolescente con un hueso en la
boca.
Los cuerpos estaban adornados con
cuentas y ornamentos, generalmente de obsidiana, formando collares,
colgantes o pulseras, es posible que fueran enterrados con algún
tipo de vestidura, dado que aparecen tiras de cuentas que parecen
bandas de vestimentas o de cinturones.