LA
DOMUS

Por fin, quedaría por
describir el último elemento original de la casa itálica: el hortus,
pequeño pedazo de tierra integrado dentro de la construcción, generalmente
en la parte posterior de la misma, a cielo abierto, y cuya finalidad fue
el cultivo de plantas de huerta para el consumo doméstico, así como algún
parterre de flores utilizadas en las ceremonias religiosas familiares.
Por influencia
griega, en el siglo II a.C. se fue paulatinamente introduciendo un
tipo de jardín que sustituyó, ampliando, el primitivo hortus.
Nos referimos al
peristylium: patio rodeado de columnas que encerraba el
jardín preexistente, decorado la mayoría de las veces con un estanque
y surtidores. |

Esta será la que se puede definir
como casa romana propiamente dicha, y será el modelo que se
extendió por el Imperio. (Connolly: 1987, 19). |
|
Dentro de la evolución
de los espacios domésticos, a la vez que se iba desarrollando y ampliando
el modo de vida urbano, algunos sufrieron una transformación radical
pasando, de ser habitaciones propias de la domus, a convertirse en
ámbitos de marcado carácter público. Nos referimos a las dependencias que
había a ambos lados de las fauces en la fachada y que se fueron
convirtiendo en tabernae, tiendas o locales que se abrían a
la calle, y que en algunos casos mantuvieron la comunicación con el
interior de la domus, siendo lo normal que la perdieran, pues en
muchos casos pasaron a estar, normalmente, en régimen de alquiler.
Estas tabernae
tenían, al menos, dos habitáculos diferenciados, siendo el exterior donde
se colocaba el mostrador, y el interior donde se ubicaba el taller para
realizar los productos que se ponían a la venta, así como el almacén.

(En la fotografía, mostrador
de un thermopolium procedente de la Vía Consular, en
Pompeya. Al final del mismo se aprecian los escalones de obra
que conducirían al piso superior. Barbet: 1999, 43) |
|
De uno de estos
espacios arrancaba una escalera, cuyos cuatro o cinco primeros
escalones eran de obra y el resto de madera, que daba paso a la
residencia del dueño de la taberna, situada encima.
Ésta, por lo general, tenía una distribución similar a la de la
tienda, es decir dos piezas, ya que se conformaba el segundo piso
mediante una tablazón que dividía las altas habitaciones de la
primitiva domus, y hacía de suelo: una de ellas se
dedicaba a varias funciones, entre las que se incluían la de cocinar,
de servir como comedor, y en el caso de familias con varios miembros,
la de dormitorio; mientras, la interior sería el dormitorio principal.
Lo normal, según las
fuentes clásicas, es que las familias que ocupaban este tipo de
residencia compraran la comida, ya cocinada, en los muchos
establecimientos que con tal fin existían en las ciudades romanas,
evitándose así el riesgo de incendio en sus precarias casas.
|
Junto
a la introducción del peristylium, y como consecuencia de tal, el
ámbito doméstico sufrió un revolución, ya que se amplió el espacio dentro
de la domus, y éste fue ocupado con la importación de
dependencias, que si pronto se “romanizaron”, mantuvieron el nombre
original, que denota su procedencia helena. Con la penetración de
elementos griegos, se diferenciaron mucho más claramente las dos esferas
que la domus tuvo desde origen: la pública, circunscrita ahora al
eje fauces-atrium-tablinum, y la netamente privada, que se centró
en torno al recién introducido peristylium, donde se fueron a
concentrar los cubicula, la zona de servicios y, fundamentalmente,
las habitaciones de nueva creación
Entre ellas destaca
el triclinium, pieza de tamaño medio-grande, y cuya
finalidad fue la de comedor, que heredó del tablinum,
convertido ahora en genuino despacho y depósito de documentos del
pater familiae. El habitáculo recibe el nombre del conjunto de
mobiliario formado por los tres lechos , en los que los comensales se
reclinaban, y una mesa central, donde se depositaban las bandejas con
las viandas, que conformaban los comedores de gala en el mundo romano,
( lo normal era que las casas contaran con un equipo completo,
instalado en el triclinium, pero hubo casos en los que el
mobiliario pudo llegar a cuatro conjuntos completos (doce lechos y
cuatro mesas). |

(En
la imagen, un lecho reconstruido con piezas originales: presenta
los elementos típicos de este tipo de mueble: las dos cabeceras
levantadas, flucra en latín, las altas patas torneadas, y
el colchón restituido. Para poder acomodarse con facilidad en
muebles tan altos, era necesario el uso de un pequeño escabel,
en este caso realizado con los mismos materiales y la misma
decoración. McKeever: 1996, 53); |
|
La colocación de
los comensales sobre los lechos tenía un orden preestablecido y fijado por
la etiqueta, consistente en localizar al invitado de honor en la posición
medius-3.
 |
Los sofás del
triclinium se denominaban imus, medius y summus,
según estuvieran situados
en cercanía a la puerta de acceso, y eran ocupados siguiendo el orden
de importancia social. ( McKeever: 1996, 63).
Vitrubio ( De
Architectura, L. VI, V) afirma que sus medidas eran: el doble de
largos que de anchos. Existía otro tipo de triclinium, que se
encontraba instalado en el jardín mismo de la casa, o en una
habitación con vistas hacia él, realizado en obra maciza de
albañilería, estucados y pintados o bien recubiertos de mármol.
Estaban, los que se encuentran al exterior, a la sombra de pérgolas y,
normalmente, refrescados por una fuente y por juegos de agua.
(Triclinio de verano procedente de la llamada
Casa de Neptuno y Anfitrite, Herulano Regio V, insula VI,
domus 7: se
aprecia que los lechos están realizados en obra maciza; al fondo hay
un nympheum, tras el lecho principal, en forma de arco, entre
dos nichos rectangulares. La casa toma el nombre del panel de mosaico
que se conserva tras el lecho
de la derecha, y que representa a esta pareja de divinidades. Barbet:
1999, 154). |
 |
Dentro de las
incorporaciones procedentes del mundo griego destaca el oecus,
una sala grande de planta rectangular, y en menor número de casos,
cuadrada. Según Vitrubio existían tres tipos:
-Tetrastylium:
comedor constituido por una sala rectangular, en la cual la zona
central dedicada a comer estaba delimitada por cuatro columnas, sobre
zócalo o sobre dados, sosteniendo una bóveda rebajada que descansa
normalmente sobre arquitrabes y cornisas, bien de madera, bien de
yeso. Las columnas crean un espacio entre las paredes laterales y el
centro, que fue utilizado por los servidores para atender tanto a sus
amos mientras comían, como para presentar los platos que se iban a
degustar, así como para poder realizar las demás tareas propias del
servicio (retirada de sobras, escanciar vino, colocar cojines...)
|

(Oecus Tetrastylium de la Casa
de las Bodas de Plata. Pompeya, Regio V, insula 2,
domus 1. Adam: 1990, 336). |

(Oecus
Corinthium de la Casa de Meleagro, Pompeya, Regio VI,
insula 9, domus 2. Adam: 1990, 335).
|
- Corinthium: similar al anterior en la
disposición de la zona central y los pasillos laterales, sólo que
delimitados éstos, en tres de los lados, por una serie de columnas que
se apoyan sobre el suelo. Se cubrían también mediante una bóveda
rebajada |
- Aegyptium:
también son salas oblongas que tienen un orden de columnas en paralelo
a las paredes de la habitación y están techados con una terraza; sobre
el arquitrabe del primer orden, y a plomo con ellas, va un segundo
cuerpo de columnas, una cuarta parte más pequeñas, sobre cuyo
arquitrabe descansa el artesonado. Entre las columnas del segundo
cuerpo, se abren las ventanas. En sección, tiene perfil de basílica de
tres naves, más alta la central, y techadas sendas naves laterales con
techos planos o terrados. Generalmente eran los que tenían cuatro
juegos completos de mobiliario tricliniar, pudiendo incluso entrar
más, aprovechando los espacios de las naves laterales
CONTINUAR |

(Oecus Aegyptium de la Casa del
Atrio de Mosaico, Herculano Regio IV, insula 1-2.
Fernández Vega: 1999, 153). |
|