.LA DOMUS

En el atrium se hallaba el lararium, lugar donde se rendía culto diario a los dioses Lares, representados como dos adolescentes con un rhytion y una patella realizando una libación, así como el Genius de la familia en forma de serpiente con cresta, que fue en épocas posteriores representado por un varón togado. Los lararia podían ser meros nichos en la pared, decorados más o menos profusamente, y coronados por un frontón, o bien verdaderos templetes de madera con un armario inferior, donde se recogían los elementos necesarios para el culto una vez usados.  

Lararium de la casa de los Vetti (Guadagno-Carafa: 1973, 42 y 46)

La imagen de la derecha recoge el lararium de la Casa de los Vettii, con todos los elementos citados para los lararia de nicho: las imágenes pintadas de los Lares y el Genius de la familia, bajo frontón y enmarcadas por un par de columnas;  en este caso con una iconografía doble: está la serpiente crestada,  dirigiéndose hacia un altar con ofrendas, y el togado capite velato, que porta en las manos una caja de incienso y una patella. La de la derecha es el atrium de la llamada Casa de Menandro, en la que se puede apreciar el lararium, de doble frontón, en uno de los rincones de la pieza.

El siguiente dibujo reconstruye un lararium  de madera, del tipo de los de “armario”, basado en los restos carbonizados que fueron encontrados en la Casa del Bicentenario de Herculano: constaba de dos cuerpos, siendo el superior la reproducción a escala de un templo, con fachada flanqueada por dos columnas, pero en este caso no se conserva el frontón de remate, y un cuerpo inferior que contenía los elementos necesarios para el ritual diario: vasijas, cajas, figuras de culto,...

(Dibujo de restitución y restos carbonizados, Barbet: 1999, 158 y 159) (Lar y ara, Rediscovering Pompeii: 1990, 141 y 145).

Las otras tres imágenes ilustran el posible contenido de la parte inferior del lararium: arriba, a la derecha, un Lar, y a la izquierda, un arula, ara en miniatura, de cerámica para quemar pequeñas ofrendas y hacer fumigaciones de incienso, de uso doméstico, a imitación de las realizadas en los edificios de culto mayores; abajo, los restos de la parte inferior de uno de estos edículos de madera, en este caso el procedente de la Casa de Remmius Rufus, en Herculano.

La cubrición del atrium con el sistema compluvium-impluvium data del siglo III a.C. y según Vitrubio podía realizarse de cinco maneras distintas:

- Atrium Tuscanicum: formado por dos vigas maestras dispuestas a lo largo del espacio a cubrir, con otras dos perpendiculares a éstas y que enmarcan el hueco del compluvium, descansando en las maestras; de las paredes salen otras vigas menores que convergen en los ángulos de la estructura antes descrita, y que sirven para sostener los cabrios que sobresalen y forman los sobradillos para verter el agua en el impluvium.

 (Planta de un atrium tuscanicum, mostrando las vigas maestras en las que descansan tanto las angulares como las que conforman el compluvium, y 2: sección del mismo con la vista de los sobradillos inclinados hacia el centro para verter el agua en el impluvium. Connolly: 1987, 25)

 

- Atrium Corinthium: vigas y compluvium están situados de manera similar a los del tuscanicum, pero aquellas  se apoyan sobre columnas, en un número no inferior a seis.

En la imagen, el atrium corinthium de la Casa de Epidius Rufus (R. IX, I. 1, d. 20  de Pompeya) de la segunda edad Samnítica, con dieciséis columnas dóricas para soportar el tejado. (Adam: 1990, 326).

- Atrium Tetrastylium: son aquellos en los que las vigas del tejado son sostenidas por cuatro columnas en los ángulos que forman las vigas maestras y las que conforman el hueco del compluvium, dando solidez y refuerzo a las paredes.

El atrium tetrastylium de la fotografía se caracteriza por tener una reja cerrando el hueco del compluvium para evitar la posible entrada de personas ajenas a la domus desde el exterior. (Adam: 1990, 326).

 

-  Atrium Displuviatum: aquellos en los que el tejado vierte hacia fuera del atrium, no entrando agua en el impluvium. Sería el opuesto al tuscanicum. Este tipo de cierre tenía la desventaja de crear serios problemas de humedades en las paredes debido al vertido de las aguas de lluvia hacia afuera; para paliar esta dificultad, normalmente el agua era recogida en unas tuberías de barro que iban empotradas en los muros y que desaguaban en el sistema de alcantarillado.

- Atrium Testudinatum: o también llamados abovedados, ya que se construyeron sobre espacios no muy grandes, estando cerrados, y por carecer tanto de compluvium como de impluvium. Normalmente estaban construidos encima.

En la fotografía se ve el atrium de este tipo de la Casa de los Ciervos (VII,27), en Herculano: con un techo plano sobre el que están construidas buhardillas. Al carecer de abertura, las paredes se abren en ventanales para poder dejar entrar la luz y el aire necesarios. (Fernández Vega: 1999, 112)

En los casos en los que los atria tienen columnas, tetrastylium y corithium, se han documentado, en algunos de ellos, anillas de hierro en la parte alta de las mismas que sirvieron para tender el velum, especie de toldo que en verano refrescaba la estancia y protegía a los habitantes de la casa de las miradas indiscretas de los vecinos de edificios más altos, sin impedir ni la ventilación ni que siguiera entrando la luz, eso sí matizada.

Otro elemento que con cierta frecuencia solía estar en los atria era el arca, caja de caudales de madera forrada con planchas de hierro y bronce, y sujeta al suelo mediante fuertes barras de hierro embutidas en la argamasa del pavimento. Sirvieron para contener los objetos valiosos de la familia: dinero, documentos y vajillas de metales preciosos.    ( Connolly: 1987, 37).

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