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LA VIVIENDA EN EL ÁMBITO ROMANO: LA DOMUS
TIPOS DE CASAS URBANAS DOMUS: este tipo de vivienda se levantaba sobre una superficie media de 800 – 900 metros cuadrados, teniendo un desarrollo fundamentalmente en horizontal. La base de las futuras construcciones domésticas unifamiliares que se dieron a lo largo de todo el Imperio, con las salvedades localistas provocadas por las distintas condiciones climático-culturales, tiene un origen común: la casa itálica.
(Prototipo de casa itálica. Connolly: 1987, 19) Este tipo de residencia giraba en torno al atrium, ya que hacia la calle presentaba un muro ciego y macizo. Era el lugar central, donde la familia realizaba las actividades domésticas y colectivas. Podría ser el recuerdo del espacio único de las cabañas primitivas; en este lugar se conservaba el fuego, y tal vez del hecho de que el hollín y el humo ennegrecieran las paredes y el techo tomó el nombre, derivando de ater, negro en latín. Fue también el sitio donde se comía y se guardaba el agua, en un principio. En las casas más antiguas el atrium tenía sólo una apertura hacia la calle, la puerta, que servía tanto de paso como de lucernario; el sistema de entrada estaba constituido por varios elementos como: - el vestibulum, espacio existente entre la puerta principal y la calle, lugar de refugio, protección y resguardo del ajetreo de la vía, así como sitio de espera de los clientes para la salutatio diaria al patrón; - las puertas de la fachada: eran normalmente de doble hoja, encuadradas entre pilastras, que a su vez servían para ocultar los batientes una vez abiertas, y que desembocaban en el último elemento, - las fauces, corredor en pendiente ascendente que unía el vestibulum con el atrium, protegido éste de las miradas indiscretas procedentes de la calle mediante otro par de puertas, más bajas que las de la fachada para poder tener un segundo foco de luz en el interior. En algunos de estos pasillos se abría una dependencia, conocida como cella atriensis, ocupada por el portero, ostiarius o ianitor, que era el encargado de hacer pasar a los clientes a la salutatio, así como controlar la entrada y salida de la gente de la casa.
Con el paso del tiempo, y debido a la ampliación del tamaño de la casa, la función de pozo de luz fue realizada por una abertura que se tuvo que realizar en el tejado, naciendo así el compluvium, que además fue utilizado como lugar de escape del humo procedente del hogar y como sistema de provisión de agua procedente de la lluvia, recogida en un estanque rectangular, impluvium, que se hallaba en la vertical del hueco, donde se retenían aquellas impurezas que pudieran ser arrastradas con ella, antes de ser depositada en una cisterna bajo el pavimento de la estancia, ella, antes de ser depositada en una cisterna bajo el pavimento de la estancia, constituyendo el primer recurso hídrico doméstico. El agua era sacada del depósito subterráneo a través de un brocal de pozo, el puteal; este sistema fue utilizado hasta la generalización de las fuentes públicas, y hasta que las conexiones privadas a los canales de distribución de los acueductos se hicieron comunes. Una vez el agua se pudo obtener del servicio general hidráulico, la mayoría de los impluvia se convirtieron en un elemento puramente decorativo, adornándose con surtidores y estatuas.
- en eje con las fauces, y al borde del impluvium se solía encontrar el cartibulum, una pequeña mesa de mármol, la mayor de las veces, trasunto de la única mesa que existía en las cabañas. Varrón, en su “De lingua latina”, 5, 125, afirma que sobre estas mesas se solía tener vajilla de bronce para recordar los tiempos en los que se cocinaba en el atrium.
- junto a la mesa se encontraba el citado puteal, brocal de mármol o cerámica que cubría el agujero que comunicaba con la cisterna; ésta tenía un conducto de desagüe enrasado con el nivel máximo del agua a contener que corría bajo las fauces y desembocaba en la calle, delante de la puerta de la casa, por el cual corría el exceso de agua procedente de las lluvias una vez la cisterna estaba llena.
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