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CALENDARIO ROMANO: INTRODUCCIÓN Según la tradición romana, el origen mítico del antiguo sistema para dividir el tiempo se debió al primero de los reyes, Rómulo (Romvlvs). Este primer intento de contabilizar y controlar los días estuvo dividido en diez meses, basados en el cómputo lunar, que sumaban 304 días. Este hecho, a lo largo del tiempo en el que esta medida estuvo en vigor, ocasionó que las estaciones comenzaran a caer en fechas distintas a las que les correspondían. La denominación de los meses, por orden, era:
La siguiente intervención para intentar adecuar el calendario con el discurrir de las estaciones la realizó el rey Numa Pompilio (Nvma Pompilivs), añadiendo, a continuación de la decena ya existente, dos meses nuevos:
Esta situación se mantuvo vigente hasta el 153 a.C., cuando en la provincia de Hispania estallaron dos guerras consecutivas, teniéndose que adelantar la elección de los Cónsules, que eran epónimos, es decir, daban su nombre al año, del 15 de marzo al 1 de enero, y a partir de entonces, el calendario y el año, comienzan en esa fecha. Este cambio no afecto a la denominación de los meses, produciéndose una incongruencia entre la denominación que tenían y su nueva situación en el orden del año. Tras la inclusión de los nuevos meses el problema de desfase siguió acentuándose hasta que en el 46 a.C. Julio César (Caivs Ivlivs Caesar) decidió reformar definitivamente el calendario, y para ello hizo venir a Roma, desde Alejandría, al sabio Sosígenes, astrónomo de la Biblioteca, que fue el encargado de recoger el testigo que César lanzó, adaptando el calendario romano al curso solar, tomando como base la métrica del tiempo que en Egipto se llevaba usando siglos.
Este mismo hecho ocurrió tras la muerte de Augusto (Caivs Ivlivs Caesar Octavianvs) en el año 8 a.C., y como adulación a Tiberio (Tiberivs Clavdivs Nero), el Senado decretó el cambio de nombre al mes de Sextilis por el de Avgvstvs, que si bien no era el mes natal del primer emperador, sí fue en el que consiguió sus mayores victorias militares. Para continuar con la adulación, y para que no fuera inferior al mes dedicado a Julio César, en el mismo decreto se decidió que la duración del mes fuera también similar a la del mes precedente, es decir, 31 días, y para evitar que hubiera tres meses seguidos con la misma cantidad de días, se varió la de los meses posteriores, quedando como los conocemos hoy: Febrvarivs, 28 días; Aprilis, Ivnivs, September y November, 30 días; y Ianvarivs, Martivs, Maivs, Ivlivs, Avgvstvs, October y December, 31 días. Este calendario fue ligeramente reformado por el Papa Gregorio XIII, y es el que utilizamos en la actualidad en el mundo occidental. |