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ARTURO DE BRETAÑA LOS MITOS CELTAS DE UNA LEYENDA

 

ARTURO Y EL MUNDO CELTA

Casi de forma simultánea aparecen relatos extensos en gaélico sobre Arturo: en el Libro Negro de Camarthen (siglo XII, aunque algunas partes del mismo podrían ser del siglo VI) se incluyen dos poemas (el XXII y el XXXI) en los que se alude al héroe y a algunos de sus compañeros (Keu, Beduier, Gereint). Del mismo modo, en el Libro de Taliesin (siglo XIII) hay un poema de fecha más temprana (el XXX, Preiddeu Annwfn "Trofeo del Otro Mundo") en el que se narra el viaje de Arturo al Más Allá, y las proezas que lleva a cabo.

De finales del siglo XI o de comienzos del XII es Culhwch and 0lwen (contenido en el Libro Rojo de Hergest y en el Libro Blanco de Rhydderch); posiblemente se trata del más antiguo cuento galés de tema artúrico, y carece de huellas que denoten influjo de la narrativa latina o francesa del momento. En este relato se presenta a Arturo como rey de Bretaña, que ayuda a Culhwch a superar una serie de pruebas para que pueda obtener la mano de Olwen.

Las leyendas que surgieron en torno al caudillo alrededor del siglo VI se fueron enriqueciendo con el transcurso del tiempo, pero todo parece indicar que la tradición oral tuvo su mayor florecimiento muy a finales del siglo XI o a comienzos del siglo XII: no se trata ya de cuentos locales, sino que los relatos han ganado en complejidad y se encuentran por lo menos en tres lenguas distintas (gaélico, latín y francés).

A partir de este momento, la difusión de los temas será rapidísima y el nacimiento de nuevos relatos no se hará esperar: la materia artúrica y la de Bretaña en general crecerá incesantemente y se irá enriqueciendo con nuevas ficciones a lo largo de toda la Edad Media, y aún después 1

 

La sociedad celta, de la cual es heredera la sociedad bretona mantiene un sistema social de jefaturas, el mundo celta se configura en torno a dos funciones: el jefe guerrero y el jefe religioso, dos especialistas a tiempo completo. Todo jefe celta que se precie tiene asignado su druida, extrapolando Mitra y Varuna, Uther Pendrago y Merlín, Arturo y Merlín, y naturalmente Abraracurcix y Panoramix. Bromas a parte comencemos el estudio a través del análisis de una de las partes de la doble cabeza, la jefatura.

Durante los siglos II y I a. C la sociedad celta se la reconoce como la civilización de los Oppida2. Su nacimiento inicia una serie de transformaciones en la sociedad céltica, pierde importancia la clase guerrera  y  comienza el dominio de una aristocracia oligárquica en torno a un jefe civil, un primus inter pares, que mantenía la unidad por medio de un juramento de fidelidad. Los pueblos posteriores a  la caída del Imperio Romano mantuvieron una serie de instituciones, los bretones, los menos romanzados del Imperio volvieron a las antiguas fórmulas celtas.

Para los pueblos célticos la noción  más elemental de rey era la de caudillo militar, que asumía el poder después de la ceremonia de elevación, por parte de los guerreros. El poder del rey era en teoría absoluto, dado los poderes en los ámbitos militar, legislativo y administrativo. La justificación de su poder viene dada por dos prerrogativas de origen  germánico:

  • mundinum o mundebardium, el rey como un padre con sus hijos, es el protector, pacificador y administrador de justicia.

  • bannus o bann, que es la facultad de dar órdenes y prohibir tanto en la administración civil como militar.

De la realeza de estos pueblos se  pueden definir una serie de generalidades:

  • Noción de estado. poco precisa y confundida, salvo en el caso visigodo, con la persona que ejerce el poder político.

  • Sentido patronal de la monarquía, el rey como patrón del reino, que da protección a sus súbditos, a quienes exige obediencia bajo fidelidad personal.

  • Carácter  patrimonial del reino, que varía según  los territorios y su noción de estado.

  • Estas características no ocultan el rasgo esencial de la monarquía céltica, su consideración como jefatura de banda guerrera, los títulos de rex vandalorum o rex francorum, van unidos a los jefes personales de las tribus vencedoras y no a una abstracción como es la idea de reino.

La tendencia predominante fue la conservación de la corona por los clanes familiares que se mantuvo en un sistema mixto de sucesión que degeneraría en una política de fuerza donde el destronamiento y el regicidio eran comunes.

LAS INSTITUCIONES

La familia extensa o linaje, denominada con el término alemán sippe, era la unidad básica de su sociedad, aunque existen problemas a la hora de aplicar una terminología exacta. El término fara, utilizado entre francos, burgundios y logobardos es considerado un sinónimo de sippe, que se suele traducir como linaje, a veces se identifica como unidad de encuadramiento militar o como asociación de autodefensa.

Las evidencias materiales proporcionadas por la arqueología y las fuentes apuntas a una familia nuclear compuesta por padres e hijos como célula base de la unidad familiar, que podría integrar a hermanos solteros, a los padres y a la servidumbre

Los grupos sociales eran según menciona Tácito: nobiles, ingenui, libero y servi.

La nobleza está atestiguada por fuentes literarias y arqueológicas, denominando sus grupos de maneras diferentes, nobiles, príncipes, reges, duces, proceres, etc..., que constituían el grupo dirigente del que se elegían los reyes, los sacerdotes, los jueces, etc...

Eran nobles los que reunidos gestionaban los asuntos públicos y controlaban las asambleas.

Dentro de las instituciones, la más importante era Comitatus, conocida por la denominación alemana de Gefolgschaft, que era un acuerdo basado en el honor, por el que un guerrero se comprometía con un jefe a seguirle en el combate hasta la muerte, en contrapartida el jefe proporcionaba armas, caballos y sustento. El Comitatus era un factor de inestabilidad, ya que cuando no había guerra sus miembros se enrolaban en cualquier otra campaña y además era un elemento distorsionante ya que enfrentaba la lealtad al jefe frente a la de las autoridades. En consecuencia la aristocracia era un grupo desligado del trabajo productivo, que vivía del botín obtenido en guerra.

De los demás grupos sociales se sabe poco, la mayoría de la población era de hombres libres, dedicados a la agricultura y ganadería e integraban el ejército.

En los grupos dependientes, Tácito distingue a parte de los libertos dos tipos de esclavos, un grupo minoritario que perdía su libertad dentro de la comunidad y los esclavos de guerra.

Por encima de la familia existían dos tipos de agrupaciones: las de carácter territorial: la aldea o vicus, y la comarca o distrito, pagus o gau en alemán.

La unidad política que es el pueblo o gens, natio, populus, o en alemán stamm, que en ocasiones se integraban en una confederación en caso de guerra. El principal órgano de gobierno era la asamblea, celebradas en días de novilunio o plenilunio, que elegían reyes, jefes de guerra, etc...

Los asuntos menores los solucionaban jueces y cien hombres del pueblo. Sabemos que la aristocracia vivía de la guerra y la masa del pueblo era agricultora. No conocían las ciudades y su hábitat era disperso, concentrado en aldeas nómadas de aproximadamente quinientas personas, habitualmente habían caseríos y granjas aisladas. Sus casas eran de planta rectangular de madera y barro. César y Tácito afirman que su economía era de agricultores y ganaderos. .

Cultivaban cereales, avena, centeno y mijo, legumbres y pocas frutas; predominaba el ganado vacuno, ovino y aves. Dentro de su economía estaba también la explotación de la madera, para construcción y combustible

La explotación también del hierro, del que eran unos expertos trabajadores, utilizado para consumo propio y exportación, otro de los pilares de su economía era el ámbar, de los cuales eran intermediarios en su comercialización.

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1  Alvar, Carlos.: "El rey Arturo y su mundo", 1.991 Madrid, pp. 26 y ss.

2 Oppidum (en plural Oppida), se identifica con un centro fortificado, generalmente sobre una colina, rodeado de profundos fosos y erizados baluartes, pesadas puertas, cercanos a las vías de comunicación o de los yacimientos de materias primas: minas de hiero, de sal o arenas auríferas.

 

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